_
_
_
_
_
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Experimento acertado

El tejano presentó una propuesta atrevida que partía del jazz contemporáneo

Robert Glasper.
Robert Glasper.

Las fronteras del jazz son cada vez más difusas y los nuevos jazzmen cada vez más imprevisibles. Cerrado ya (esperemos que definitivamente) el capítulo del revisionismo imperante en la última década, los nuevos creadores vuelven a mirar hacia adelante sin miedo, la experimentación vuelve a ser la norma del jazz más vivo y reconfortante. Así, no es de extrañar que Robert Glasper, todavía en la treintena, utilice la palabra Experiment para referirse a su nuevo grupo. Un experimento atrevido y, sobre todo, magníficamente resuelto.

Glasper se presentó con su nuevo cuarteto en el Festival del Mil.lenni y dejó claro, por una parte, el enorme interés de su más reciente propuesta musical y, por la otra, el acierto del ya veterano certamen barcelonés al abrir su cartel a estas nuevas experiencias. Un éxito artístico y de público.

El pianista tejano presentaba su cuarto disco, titulado Black radio, y el reto no era fácil ya que en el plástico ha contado con colaboraciones de tanto empaque como Meshell Ndegeocello, Mos Def o Erykah Badu. Tras unos primeros minutos de tanteo, los cuatro músicos consiguieron que olvidáramos a sus colaboradores discográficos gracias a una música potente, rítmica y tremendamente contagiosa. Una propuesta atrevida que partía del jazz contemporáneo, la velada se inició rindiendo pleitesía a John Coltrane, pero con un pie en el soul y el otro en el hip hop.

FESTIVAL DEL MIL.LENNI

Robert Glasper Experiment.

Auditori, 13 de abril.

Casey Benjamin tomó rápidamente el protagonismo experimental del cuarteto dividiéndose entre el saxo (poco) y los sintetizadores de voz y llenando todos los espacios libres de punzantes sensaciones electrónicas. Tras él, Glasper se movió entre el piano de cola y el eléctrico como estableciendo un puente entre todos sus diversos mundos y demostrando que su toque pianístico puede ser lírico y tempestuoso al mismo tiempo, el equilibrio perfecto entre la tormenta y la calma, entre el jazz y todas sus músicas colaterales.

Una magnífica sesión de música sin barreras, plagada de buenas vibraciones y de uno de esos ritmos que calan hondo. Esperemos que el Festival del Mil.lenni no olvide en próximas ediciones este camino que tan buenos resultados está dando este año.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_