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La fórmula del azar

El universo aleatorio de Elena Blasco se materializa en 140 obras que llenan la sala Alcalá 31

Patricia Ortega Dolz
Una de las obras de Elena Blasco expuestas en Alcalá 31.
Una de las obras de Elena Blasco expuestas en Alcalá 31.

Tres décadas en 140 obras. Esa es la selección que ha realizado la comisaria Alicia Murría, con objeto de recorrer las diferentes etapas de la producción de la artista Elena Blasco (Madrid, 1950). Para ello ha seleccionado obras significativas, incluyendo pintura, escultura, fotografía, instalaciones, dibujo y obra gráfica que pueden verse en la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid hasta el próximo 20 de mayo.

Blasco fue pionera en la combinación de materiales, transgrediendo con naturalidad las fronteras entre pintura, fotografía y escultura. Sus objetos pueden surgir de la superficie del cuadro para invadir el espacio, o a la inversa, como si se empeñasen en regresar al interior del lienzo. En sus trabajos mezcla paisajes con telas estampadas; coloca cuadros del revés o los acumula, componiendo una cascada multicolor; combina piezas que no encajan entre sí, e introduce personajes, formas o materiales que establecen extrañas fricciones y una voluntaria inestabilidad narrativa. Blasco consigue que parezca que reina el azar en sus obras, como si conociera la fórmula de lo aleatorio.

Los aspectos íntimos o autobiográficos aparecen tamizados por la distancia y la ironía. Entre los recursos de los que se sirve la artista madrileña, destaca un lenguaje desbordante y de aspecto anárquico donde el humor juega un papel determinante.

Su obra está plagada de comentarios ácidos bajo la apariencia del desenfado, aunque también aparece cierta inocencia.

Los títulos de las piezas de Blasco son casi siempre frases jocosas, desconcertantes e irónicas, donde también se ríe de sí misma (Como si no supiera nada de lo que sé que sé). Y, en ocasiones, acompaña la obra de textos breves o pequeños relatos, con juegos de palabras en los que asoma su ironía.

Blasco se licenció en Bellas Artes y se diplomó en Fotografía y Decoración. Es pintora, escultora y docente, y realizó su primera exposición en 1976, dentro de una década en la que convivían las experiencias conceptuales y las actitudes políticas con la denominada nueva figuración madrileña, que reivindicaba un retorno a la pintura y a su potencialidad expresiva y conceptual.

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Sin embargo, la obra de Blasco camina al margen de estas corrientes, como también lo haría en los años ochenta respecto a las influencias neo-expresionistas que recorrieron la pintura de aquellos años.

La no pertenencia a grupos o estilos determinados que, en cierto modo, mantiene a la artista madrileña con un carácter independiente, corrió a su favor en los noventa, más abiertos y eclécticos. Fue precisamente entonces cuando su obra comenzó a ser más apreciada, entrando a formar parte de importantes colecciones privadas y públicas de arte contemporáneo, y siendo reivindicada hasta hoy por artistas mucho más jóvenes con quienes a menudo se la identifica.

Millones y abundantes razones. Sala Comunidad de Madrid-Alcalá 31 (Alcalá, 31). De martes a sábado, de 11.00 a 20.30. Domingos y festivos, de 11.00 a 14.00.

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Sobre la firma

Patricia Ortega Dolz
Es reportera de EL PAÍS desde 2001, especializada en Interior (Seguridad, Sucesos y Terrorismo). Ha desarrollado su carrera en este diario en distintas secciones: Local, Nacional, Domingo, o Revista, cultivando principalmente el género del Reportaje, ahora también audiovisual. Ha vivido en Nueva York y Shanghai y es autora de "Madrid en 20 vinos".

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