Los hosteleros, satisfechos con un 60% de ocupación

La ocupación a medio gas de la Semana Santa en Galicia contenta a los hosteleros no porque los números sean buenos por sí mismos, sino por la comparación con los precedentes. Los hoteles y hostales de la capital gallega se encuentran entre el 65% y el 70% de su capacidad, cifras que bajaron un poco en los últimos días “por el cambio del tiempo”. Con la desaparición del sol y calor de las últimas semanas se fueron también algunas reservas y la posibilidad de subir el número de visitantes de última hora, explica el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Santiago, José Manuel Otero.

En la costa de Pontevedra, la ocupación ronda también el 60%. El Patronato de Rías Baixas lo sitúa en una horquilla de entre el 65% y el 70% mientras que la Asociación de Hospedajes de Pontevedra la baja hasta el 50% o el 65%. Las zonas más favorecidas son las de costa cuyos visitantes son turistas, mientras que los lugares con más variedad de clientes manejan cifras más bajas.

Las cifras de Santiago están un 10% por debajo de las del pasado año, pero suponen una recuperación respecto a los últimos meses que registraron un balance “muy malo”. “Entre los meses de noviembre a marzo la ocupación estuvo en torno al 25% o el 30%. Ahora el sector necesita recuperarse. La semana que viene tenemos un nivel muy bajo otra vez. Esperamos que sea el pistoletazo de la temporada alta”, indica Otero. A las cifras reducidas de ocupación se suma también el precio, más bajo que años anteriores, de las habitaciones. Otero cifra el descenso en un 20% y apunta que el “exceso de oferta de Santiago, hecha para tiempos de bonanza” ahoga ahora los precios. El presidente de la Asociación de Hospedajes de Pontevedra, César Sánchez, concuerda también en que los precios son inferiores respecto a otros años y avisa de que ya llevan dos temporadas ajustando el coste. En la zona de las Rías Baixas, la Semana Santa de este año gana a la del pasado, en contra de lo que sucede en Santiago. En 2011, muchas reservas se cancelaron a última hora por la alerta naranja que se declaró dos días antes de los festivos.

Detrás de las bajas cifras para uno de los momentos álgidos del año, los hosteleros identifican los efectos de la crisis, sobre todo en España y Portugal, ya que la mayor parte del turismo que se mueve en esta época es nacional o del norte portugués. Otero achaca también el descenso a la escalada del precio del combustible, porque en Semana Santa hay mucho turismo familiar que se mueve en coche.