Epicentro cultural de una ciudad

“Con 19 años pisé el Teatro Cervantes por primera vez, el año de su inauguración, y aunque obviamente guardo recuerdos anteriores de mi vida, no recuerdo este terremoto sin su epicentro, Málaga sin el Teatro Cervantes, situando el centro geográfico de la ciudad, avanzando hacia atrás, cumpliendo años imposibles, trenzando su historia a la de la ciudad”. Así recuerda el escritor malagueño Pablo Aranda la primera vez que asistió a una representación teatral en el gallinero del recién recuperado coliseo municipal. Corría el año 1987 y el Teatro Cervantes recuperaba el esplendor de sus años dorados, cuando a finales del siglo XIX el arquitecto Gerónimo Cuervo construyó un elegante teatro al que pintores como Fernández Ferrándiz y Muñoz Degrain dotaron de una magnífica decoración pictórica.

Fue el entonces alcalde de Málaga, el socialista Pedro Aparicio, quien decidió recuperar el teatro para la ciudad en 1984, tras décadas de decadencia y olvido que lo habían convertido en refugio de personas sin techo que hacían fogatas en su interior para defenderse del frío. “El arquitecto José Seguí dirigió una restauración culta y excelente (…) Se hizo compatible un teatro del siglo XIX, aparentemente exacto al primitivo, con las grandes producciones escénicas contemporáneas”, recuerda Aparicio en su artículo para el libro conmemorativo Veinticinco años en escena 1987-2012.

Junto a Aranda y Aparicio, otro medio centenar de firmas como las de Manuel Alcántara, Luis García Montero, José Antonio Garriga Vela, Alfonso Canales o María Victoria Atencia, entre otros, dedican artículos o poemas al Teatro Cervantes, en una obra que ha coordinado Antonio Garrido Moraga.

Además del libro, los actos por el aniversario incluyen una variada gama de actividades. Desde ayer y hasta el 15 de abril se puede visitar en el mismo teatro la exposición Teatro Cervantes. Una década autografiada, que reúne una selección de programas de mano de espectáculos celebrados entre 1951 y 1961 así como numerosas fotografías autografiadas por los principales artistas del momento, como Juanita Reina, Concha Piquer o Antonio Molina, entre muchos otros.

El próximo día 11 se proyecta de forma gratuita el documental El pésimo actor mexicano, dirigido por Manuel Jiménez y que repasa en 52 minutos la intensa vida del poeta malagueño Manuel Alcántara. La Orquesta Filarmónica de Málaga, bajo la dirección de En Shao y con Ricardo Gallén a la guitarra, ofrece dos días más tarde un concierto en el que se interpretarán el Adagio para cuerdas de Barber, el Concierto de Aranjuez del maestro Rodrigo y la Sinfonía nº 5 de Chaikovsky.

Un anticipo de la opereta La viuda alegre, que se representará el día 15 en su versión en concierto en castellano. Rosa Caballero, María Lourdes Benítez, Luis Paccetti y Francisco Heredia, entre otros, darán vida a los personajes de esta obra de Franz Lehár. Como colofón a los actos, la calle Larios acogerá desde el 7 de mayo la exposición 25 años dando el espectáculo, en la que se mostrará a través de carteles, fotos y programas la actividad en el Teatro Cervantes en su último cuarto de siglo con el telón alzado.