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La rebelión de los alcaldes amenaza el plan de Feijóo para el fin de legislatura

El PP presiona a regidores para lograr nuevas fusiones antes de final de año

Feijóo y  a su derecha,  Calvo y los alcaldes de Cesuras y Oza dos Rios.
Feijóo y a su derecha, Calvo y los alcaldes de Cesuras y Oza dos Rios. ANXO IGLESIAS

“La fusión de ayuntamientos la hará un político algún día, perderá las elecciones y dentro de 100 años se le dedicarán estatuas”. La frase es de un alto dirigente de la Xunta hace solo año y medio. La utopía de entonces ha devenido en medio de la crisis en el principal empeño del presidente, Alberto Núñez Feijóo, para la recta final de su legislatura. Con un presupuesto exiguo que ha caído en 1.600 millones y ya se equipara en cifras al de 2006, con un Gobierno amigo en Madrid que solo le anticipa disgustos en forma de recortes y reformas impopulares, con la publicitadísima fusión de las cajas en punto muerto y el banco resultante a expensas de los fondos de inversión, Feijóo planea hacer de la integración de municipios el sello de sus cuatro años de mandato.

El PP estrenó su estrategia en el último debate sobre el estado de la Autonomía. Feijóo llegó a esa cita, la última de la legislatura, con la economía decreciendo más que la media española, la producción industrial en caída libre y 70.000 parados más desde que asumió el poder. Bastó el anuncio de que sus dos alcaldes en Cesuras y Oza dos Ríos estaban dispuestos a fusionar sus ayuntamientos para garantizarse titulares en los medios de casa y reportajes en las televisiones nacionales. La repercusión mediática animó al presidente y a su número dos, Alfonso Rueda, a seguir por la misma senda. El artífice del primer pacto entre alcaldes, Diego Calvo, presidente de la Diputación de A Coruña y número dos del partido en la provincia, trabaja estos días para lograr nuevas integraciones. Vaticina que se anunciará otra antes de final de año. En ello se emplea el secretario de Organización del PP de A Coruña, José Manuel Álvarez Campana, que en las últimas semanas apremia a media docena de alcaldes en la provincia de A Coruña para conseguir nuevas fusiones. De momento, sin demasiados avances.

La integración de Cabanas y Pontedeume en Ferrolterra que ansiaban Calvo y Álvarez Campana está descartada. Y la de Curtis y Vilasantar es un mero futurible, después de que estos dos municipios junto a Sobrado hayan constituido un consorcio para abaratar prestaciones. También se han agrupado los de Padrón, Rois y Dodro por una parte y los de Vedra, Boqueixón y Touro, por otra, para ofrecer servicios conjuntamente. Calvo asegura que es un buen primer paso y mantiene que antes de final de año habrá otro anuncio relevante.

Louzán y Baltar  promueven consorcios para evitar las fusiones

Las supuestas conversaciones para unir Santiago y Boqueixón tienen más que ver con la afinidad entre sus dos regidores, Gerardo Conde Roa, y Adolfo Gacio, ambos muy cercanos al exministro José Manuel Romay Beccaría, pero fuentes del PP sostienen que no hay avances concretos.

En la provincia de Pontevedra, el presidente de la Diputación y del PP, Rafael Louzán insiste en que sus 62 ayuntamientos están bien dimensionados y no cabe hablar de fusiones. Recuerda que las medidas de ahorro empezaron allí cuando se constituyó un consorcio de 40 ayuntamientos para comprar conjuntamente la energía y las economías de escala. También desde la Diputación se están impulsando otros consorcios para la recogida de animales, otro para el agua y la recogida de basuras (en cuya constitución participaron 15 alcaldes).

Cuatro municipios (Cotobade, Campo Lameiro, Cercedo y Forcarei) además han decidido constituirse en mancomunidad para potenciar sus recursos turísticos y otros servicios.

En Ourense, José Manuel Baltar sostiene también que no habrá integraciones a corto plazo y que del ahorro y la coordinación de pequeños municipios se encarga la diputación que él preside.

En Lugo, son los propios alcaldes de Alfoz y Valadouro, cuya fusión propone en la Mariña Lucense el BNG, los que la rechazan, y no hay noticias de que ninguna otra fusión pueda ver la luz en el corto plazo.

50 municipios pequeños se integran en una asociación para vetar nuevas integraciones

Ese era el escenario hasta que medio centenar de alcaldes decidieron la pasada semana dar un paso más en su resistencia pasiva y constituirse en asociación (Aspecoga) para hablar con una sola voz. Lo primero que quieren hacer ver al presidente de la Fegamp, José Manuel Rey, y al conselleiro de Presidencia y secretario general del PP gallego, Alfonso Rueda, a quienes culpan de impulsar la política de fusiones, es que no están por la labor y que nadie debe decidir en su nombre ni en el de sus vecinos. Eso fue lo que aprobaron regidores de todas las provincias (eran mayoría los de Ourense y Pontevedra) en la asamblea donde constituyeron una nueva agrupación de ayuntamientos.

La rebelión de los alcaldes ha llegado a la cúpula del PP y desde la dirección provincial de Lugo y A Coruña se llegó a intentar boicotear el encuentro advirtiéndoles a sus alcaldes que no acudieran. Pero la reunión se celebró y los regidores siguieron adelante con sus reivindicaciones y su nueva asociación. Por eso, esta semana el presidente de la Fegamp, José Manuel Rey, empezó a modular su discurso y tras verse con el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, negó que las fusiones sean una “solución mágica” al déficit. El proyecto estrella de Feijóo que tantos réditos mediáticos prometía en la recta final de su legislatura encalló en el hotel congreso de Teo el pasado 21 de marzo. Los alcaldes de los municipios más pequeños han dicho no. Quedan las fotos de Cesuras y Oza dos Ríos. Pero su integración depende del PSOE.

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