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La oposición atribuye la incidencia de la huelga a los recortes de la Xunta

Feijóo lamenta que "cinco millones de españoles en paro no pueden hacer huelga"

La lucha por imponer un relato sobre la huelga general del jueves acaba de comenzar. Y en ella los papeles son previsibles: desde la derecha culpan al PSOE, hasta noviembre en La Moncloa, de estar detrás de “una huelga política” y de los cinco millones de parados; la oposición asegura que si el paro ha tenido “especial incidencia” en Galicia se debe a la política de recortes presupuestarios y de servicios realizada por el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo.

Lo cierto es que las manifestaciones del 29-M alcanzaron una magnitud en Galicia como no se recordaba desde las protestas contra la gestión del accidente del Prestige. “Feijóo debe reflexionar sobre estas movilizaciones históricas”, aseguró el responsable de organización de los socialistas gallegos, Pablo García. Para el portavoz nacional del Bloque, Guillerme Vázquez, la lectura de los sucedido es similar: “La huelga tuvo más repercusión en Galicia por el factor Feijóo, por el hartazgo por parte de la sociedad gallega del Gobierno del PP en la Xunta y por la presencia del sindicalismo nacionalista”. Izquierda Unida destacó, en un comunicado, “la actitud ejemplar del pequeño comercio en solidaridad con la movilización”.

Ni siquiera los populares se atrevieron a cuestionar en sus intervenciones públicas de ayer la afluencia a las convocatorias sindicales de huelga y marchas en ciudades y villas. Según fuentes de las diversas policías locales, y sin datos de Santiago, más de 200.000 personas desfilaron por las calles gallegas. Así las cosas, el PP optó por hablar de “politización” de la jornada y por criticar al PSOE por, en palabras del portavoz del partido gubernamental Antonio Rodríguez Miranda, “sumarse a una huelga general cuando hace apenas tres meses estaba gobernando”. Y el presidente de la Xunta, como ya había expuesto en ocasiones anteriores, se refirió a que la del jueves fue “la huelga a la que menos españoles pudieron acudir, porque hay cinco millones de ciudadanos sin empleo que no pudieron dejar de trabajar para ir a la huelga”.

Mientras, los sindicatos ya anuncian nuevas medidas de presión. La CIG, que ayer ofreció un balance del 29-M, ha convocado manifestaciones para el día en que el Congreso debate la aprobación definitiva del texto. Suso Seixo, el secretario general de la central nacionalista, explicó que “el seguimiento de la huelga y de las mainifestaciones” había desbordado las previsiones sindicales y que los trabajadores han demostrado “preocupación y rechazo por el ataque más duro a los derechos laborales desde el franquismo”.

El sindicato de Seixo denunció ayer por detención ilegal y lesiones a cuatro policías nacionales que, durante el piquete de Alcampo en Vigo, arrestaron y golpearon a un periodista que grababa imágenes para la CIG.

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