Feijóo reclama que no se juzgue la reforma laboral hasta que surta efecto
El presidente admite que “habrá que replantearla” si no produce resultado
Feijóo pide tiempo y confianza. Ya no defiende la reforma laboral para la creación de empleo, sino para evitar que el paro en España crezca “en tres millones de personas más”. El presidente de la Xunta atribuye la necesidad de afrontar los cambios al Gobierno anterior, que “dejó una herencia de cinco millones de parados”, y consideró precipitada la respuesta en forma de huelga general. “Todo es discutible, pero la reforma que está en discusión en este momento aún no puede ser juzgada porque aún no pudo producir sus efectos en la economía”, manifestó. Eso sí: si transcurrido un tiempo se acredita que no produjo efectos, “pues habrá lógicamente que replantearla”.
Pasadas las 12,30 horas de ayer, cuando estaban ya en marcha las multitudinarias manifestaciones en las principales ciudades gallegas, Feijóo se excusó en que no tenía datos de su seguimiento para evitar valorarlas. Tampoco opinó sobre ningún otro seguimiento que no fuese el de la Administración autonómica, en el que la redujo al 35%. Tras presidir el Consello de la Xunta, lo que sí hizo fue expresar su “respeto a la gente que fue a la huelga y a la que no”. Y también se acordó de los cinco millones de parados, “que no pudieron hacer huelga porque no tienen trabajo, y por ello no pueden decidir acudir a trabajar”. “Ese es el problema, porque hay un Gobierno que ejerció hasta hace 100 días y dejó una herencia de cinco millones de desempleados”.
Ante esa situación, el Ejecutivo de Rajoy, explicó Alberto Núñez Feijóo, tenía dos opciones. Una era “no hacer nada, seguir la politica del Gobierno anterior”, lo que significaba “un riesgo de tres millones de parados más”. “La otra era intentarlo, cambiar la legislación y trabajar para reducir el paro, que es lo que ha hecho este Gobierno”, agregó.
La Xunta presenta dos informes sobre medidas de empleo el día de la huelga
El mismo día en que cientos de miles de gallegos se movilizaban contra la reforma laboral, Feijoo llevó al Consello dos informes relacionados con el empleo. De uno de ellos ya había dado cuenta la víspera, en la sesión de control en el Parlamento. Se trata del Plan 500, por el que contará con un presupuesto de cerca de 30 millones de euros, de los que la mayor parte (18 millones) son para escuelas taller y talleres de empleos. Se aprobará “de forma inmediata”, según el presidente de la Xunta. El nombre responde a la colaboración en su ejecución con los ayuntamientos que tengan más de medio millar de parados.
El otro informe es sobre un anteproyecto de ley remitido a los órganos consultivos para someterlo a informe, el de Integración Social. Aunque forma parte de los acuerdos tomados en él diálogo social, Feijóo eligió el día de la huelga general para dar cuenta de su contenido al Gobierno gallego y a los medios de comunicación. Una de sus novedades es la posibilidad de que los perceptores de la renta de integración social (Risga) la compatibilicen con los salarios obtenidos a través de trabajos esporádicos o de escasa cuantía. La Risga será “flexible y modular”, destacó el presidente, que aseguró que la ley fomentará el acceso al mercado de trabajo, al asegurar al beneficiario una cuantía adicional si cumple un itinerario de inserción laboral. Otra novedad será la realización de un diagnóstico de empleabilidad de las personas y acciones de orientación. Para ello, los servicios sociales comunitarios se coordinarán con personal de orientación laboral del Servicio Público de Emprego.
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