Seguimiento irregular en las escuelas y universidades vacías
70% de profesores secundan la huelga según los sindicatos; el 20% según la Generalitat
La huelga ha tenido un seguimiento irregular en el sector educativo, uno de los más afectados por los recortes presupuestarios. Según el sindicato del ramo, USTEC, han secundado el paro un 60% de profesores, una cifra que CC OO y UGT aumenta hasta el 70% y que, por el contrario, la Generalitat rebaja hasta el 20,55%. Por territorios, donde la huelga ha tenido más seguimiento han sido las comarcas de la conurbación de Barcelona, donde se ha rozado el 30%, mientras que la más baja ha sido en Lleida, con el 8% de participación en el paro.
Los sindicatos cifran en el 90% los centros educativos afectados por la huelga y apuntan que el seguimiento en la escuela concertada es del 33%. La Generalitat ha asegurado que el 7% de los centros privados y concertados han tenido que cerrar.
En las escuelas e institutos el seguimiento de la huelga ha sido más irregular. En poblaciones como Mataró ha habido escuelas como la del Camí del Mig, donde solo han trabajado media docena de profesores de la trentena que forman la plantilla del centro. En esta escuela solo han asistido una trentena de alumnos, de los más de 500 que tienen en total. Caso meridianamente opuesto es la escuela Angeleta Ferrer, donde han acogido a la mitad de alumnos. El paro apenas se ha notado porque solo han faltado 4 de los 17 profesores.
Una de las escuelas más afectadas por los recortes es la Ramon y Cajal de Terrassa (Vallès Occidental, Barcelona), que el próximo año recibirá un nuevo grupo de P3, popularmente conocido como bolet. Una decisión, que viene impuesta por el departamento de Educación, pero que el centro y las familias rechazan por la falta de espacio. En esta escuela el seguimiento de la huelga ha sido masivo y solo han acudido unos 30 niños de los 500 que acoge el centro, que eran atendidos por los pocos profesores que realizan los servicios mínimos.
La huelga ha pasado de puntitas en otra de las escuelas que más notarán los recortes. Se trata de la escuela Montserrat de Esparreguera, que el próximo curso acogerá los alumnos del centro Esparraguera 2, que cierra por los recortes presupuestarios de la Generalitat. En el CEIP Montserrat han trabajado prácticamente todos los docentes, solo han faltado dos. En cambio, solo han asistido 95 alumnos, de los 244 que tiene el centro. Gabino Expósito, director de la escuela, valora muy positivamente la huelga, especialmente porque las clases han sido de diez alumnos como máximo. “Hemos estado tranquilos y algún estudiante nos decía ‘¿No puede ser siempre así? Se trabaja muy bien’”.
Universidades vacías
La Universidad también es uno de los sectores más movilizados. En dos meses han vivido dos paros generales (el pasado 29 de febrero las universidades celebraron su particular huelga general). Diferentes campus han quedado prácticamente paralizados, como el de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), la Universidad de Barcelona (UB), la Pompeu Fabra (UPF) o la Rovira i Virgili (URV) de Tarragona. En la Universidad de Vic (UVic) ha secundado la huelga en un 18% del total de la plantilla, según datos provisionales, y en la Universidad de Girona (UdG) la afectación ha sido desigual.
En la Universitat de Barcelona (UB) el paro ha tenido un seguimiento mayoritario, especialmente en el campus de Diagonal-Porta del Coneixement, debido a la multitud de sabotajes que han impedido el acceso a los diferentes recintos. Los estudiantes han realizado también concentraciones en la calzada cortando los accesos a Barcelona y las salidas en la Diagonal a la altura del campus.
Esta mañana el campus de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), tradicionalmente activo en protestas, ha amanecido de nuevo con la presencia de piquetes que han bloqueado los accesos a la universidad. A diferencia de las protestas de semanas anteriores, el bloqueo ha registrado menos incidentes y ha sido más pacífico, tanto porque la afluencia al campus ha sido menor, como por el hecho que los integrantes de los piquetes no eran estudiantes, sino profesores y personal administrativo en su mayoría.
Este jueves la UAB era un campus fantasma con pocos alumnos que paseaban por sus instalaciones. Uno de ellos que no quiere dar su nombre y estudiante de 4º curso de Filosofía, y que ha decidido acudir a la universidad para estudiar en la biblioteca, abierta, asegura que con las ocupaciones de la semana pasada no pudieron hacer los exámenes y que tiene "mucho que estudiar" porque los han concentrado en pocos días para después de Semana Santa. Opina este estudiante que la huelga general es "una buena forma de hacer presión”.
Jan Grobovsek, estudiante de doctorado esloveno, también ha aprovechado este jueves la tranquilidad y el buen tiempo para trabajar con su ordenador en la plaza Cívica de la UAB. Asegura que ha acudido al campus para firmar su asistencia y evitar que le retiren la beca que le permite estudiar en este centro. Grobovsek se muestra crítico con el funcionamiento de la UAB y asegura que la inmovilidad del profesorado funcionario incide en la mala calidad de la enseñanza. “Hay algunos profesores que no están motivados y que no hacen bien su trabajo”. Pero también critica a los estudiantes. “Los alumnos no son muy trabajadores. En lugar de hacer huelga, deberían trabajar más”.
Para este estudiante esloveno, en la UAB hay demasiadas protestas y se muestra partidario de que aumenten las tasas universitarias para compensar los problemas económicos de España. Con todo, Grobovsek valora negativamente el nivel de educación general de la Universidad. “Los estudiantes cuando finalizan sus estudios no encuentran trabajo por culpa del mercado laboral, pero también porque el título no les sirve de mucho, ya que en la universidad no aprenden mucho”. Este doctorando apuesta porque las protestas y manifestaciones se centren más en pedir mayor calidad en la enseñanza.
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