Un vecino de Arbo facilitó durante 18 años los explosivos para pescar
Los imputados en la mayor operación contra esta práctica ilegal se enfrentan a condenas de tres a ocho años de prisión por varios delitos continuados
Después de que las defensas de los implicados en la pesca con explosivos hayan perdido los recursos contra el procedimiento ante la Audiencia Provincial de Pontevedra, el fiscal prepara el escrito de acusación contra 11 de los 15 imputados inicialmente en la mayor operación policial contra el empleo de dinamita para la pesca del cerco en Galicia y la incautación de más de 131 kilos de Goma 2.
Los imputados, todos en libertad provisional, se enfrentan a condenas de entre cuatro y ocho años de prisión por delitos continuados de tráfico, tenencia y depósito de explosivos y contra el medio ambiente. Además del ministerio fiscal, la acusación particular, en representación de la Xunta, también tendrá que elevar sus conclusiones provisionales ante el tribunal.
Una vez que la Audiencia confirmó la validez de las intervenciones telefónicas como una de las principales pruebas de convicción y la transformación del proceso en sumario, el juzgado número 1 de Cambados dio por concluida la investigación y el traslado de la causa a Pontevedra.
El fiscal ultima el escrito de acusación contra 11 imputados
En un auto, el ya ex juez instructor Juan Carlos Carballal fundamentó la denuncia que había presentado la Guardia Civil el 2 de noviembre de 2009 contra conductas presuntamente delictivas de armadores de Vigo, Sanxenxo y Ponteareas y detalla las imputaciones contra cada uno, así como el material explosivo que les fue incautado para que el fiscal acuse.
En junio de 2010 se inició la operación del grupo de información de la Guardia Civil, que se desarrolló en varias fases para la detección de los explosivos y que concluyó hace ahora un año con la captura del presunto proveedor de la dinamita, el traficante y vecino de Arbo, José Manuel López Puga, de 64 años. El juez concluye que el acusado López Puga era el que suministraba los explosivos a los armadores de la zona de Pontevedra, que traía de forma ilegal desde Portugal. Un tráfico al que, según el juez, se venía dedicando los últimos 18 años y que fundamentalmente se destinaba para la pesca de la sardina. Entre sus clientes habituales, el juez señala a José Jesús Deza Castro, armador del Playa Portonovo; a José Antonio Tizón Veiga; armador del Nuevo Diego David y a José Manuel Graña Acuña, armador del Martina Fontán II.
La Audiencia ha confirmado la validez de las escuchas
La investigación se remonta a los días 19 y 20 de abril de 2010, cuando se verificó por el sistema GPS de la Dirección General de la Marina Mercante que en la zona de Os Carallóns (entre las islas Cíes y Cabo Silleiro) se encontraban faenando los barcos Nuevo Diego Davís, Nueva Herminia III y Andreu III, constatándose muertes de peces “por una onda marina no ordinaria en la naturaleza”.
José Jesús Deza “contaba con la ayuda y colaboración del marinero Manuel Soto Freitas para el uso de explosivos en la pesca y para su tráfico, tenencia y depósito”, señala el auto. En su casa de Portonovo le fue intervenido un auténtico arsenal, de igual o incluso mayor capacidad destructiva que algunos de los empleados por ETA en ataques terroristas: cuatro artefactos explosivos preparados para su uso, 1.500 detonadores del número ocho; 730 cartuchos de dinamita de la marca Riodín, con un peso total de 110.960 gramos; y 100 metros de mecha lenta.
Al armador Jesús Sobral Andreu y al patrón Jorge Sobral Caballero se le incautaron bajo las redes que guardaban en el espigón norte del muelle pesquero de Vigo un total de nueve cartuchos con un peso de 1.362 gramos y en el interior del cuarto de aperos otros 24 artefactos formados cada uno de ellos por un detonador pirotécnico del número ocho engarzados con mecha lenta; 9,5 cartuchos de dinamita Riodín con un peso de 1.444 gramos; y un tubo cilíndrico estanco que habitualmente se usa para el fondeo de explosivos en el mar.
Al ex patrón mayor de la cofradía de Vigo José Antonio Tizón y a su hijo, Diego Tizón Veiga, le fueron intervenidos 24 artefactos explosivos con un peso de 1.000 gramos que iban a ser utilizados en un solo día para la pesca de la sardina. Respecto a José Carlos Castro Fontán y Telmo Couñago Couñago, armador y patrón del Nuevo Herminia III, el auto señala que las escuchas telefónicas acreditan que ambos hablan de “plástico”, que en la jerga marinera se refiere a explosivos, coincidiendo con la verificación que realizó la Marina Mercante que el barco estaba faenando en el lugar donde se produjeron explosiones marinas y muerte masiva de peces.
Por lo que se refiere al armador del Ferbea, Juan Sobral Rivas, se le atribuye el presunto depósito de 24 artefactos compuestos por detonador y mecha lenta, así como 38 cartuchos de dinamita Riodín de 5.776 gramos de peso hallados bajo las redes del barco en el muelle de Vigo.
El 30 de marzo del pasado año la operación policial se dio por cerrada cuando López Puga fue detenido mientras vendía al armador del Martina Fontán II, José Manuel Graña Acuña, 65 cartuchos de dinamita de la misma marca de 10 kilos de peso y 100 detonadores del número ocho.
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