“Es necesaria la ayuda institucional, pero sin perder la independencia”
El presidente de la sociedad avalista deja el cargo en el que ha permanecido durante los últimos 28 años
Victoriano Susperregui deja el próximo miércoles, víspera de la huelga general, la presidencia de la Sociedad de Garantía Recíproca Elkargi, cargo que ha desempeñado los últimos 28 años.
Pregunta. Una fecha señalada para su despedida.
Respuesta: Para los sindicatos, la huelga es un mal necesario, pero no es muy conveniente hacerla habiendo 5,5 millones de parados.
P. ¿Apoya la reforma laboral?
R. Los empresarios estábamos pidiendo una reforma laboral que nos diera más flexibilidad. Era deseable un mayor consenso con los sindicatos, pero no ha podido ser, porque el tiempo ha jugado en contra. De momento no va a generar empleo, pero sí va a poner las bases para que cuando la actividad empiece a remontar se facilite la generación de puestos de trabajo.
“El plazo para reducir el déficit público hay que atemperarlo más”
P. ¿Con qué sensación se va?
R. La satisfacción es plena, porque Elkargi está cumpliendo su misión de apoyo a las pequeñas y medianas empresas. Tenemos entre manos un instrumento económico y financiero importantísimo y solvente que está contribuyendo a paliar los problemas de financiación del tejido empresarial.
P. ¿Su mejor legado ha sido consolidar la sociedad?
R. Empezamos en 1980 con un nivel de socios de 352 empresas y hoy somos 11.451 empresas. El aval máximo era de 36.000 euros y ahora estamos alcanzando hasta un máximo de millón y medio por empresa. En estos 32 años hemos facilitado avales por 4.453 millones, de los cuales 1.169 millones están aún en vigor. Los recursos propios que soportan esos avales fueron al inicio 600.000 euros y han pasado a los 103,8 millones actuales. Eso da una idea de nuestra solvencia. Los datos son elocuentes y vienen a demostrar que está más que consolidado un proyecto que en su origen parecía utópico.
“La reforma laboral pone las bases para facilitar la creación de empleo”
P. ¿Cuál fue la inspiración para crear Elkargi?
R. En los 80 había una profunda crisis, con un paro del 22%, unos tipos de interés del 20% y una inflación que rondaba el 27%. En ese contexto nació Elkargi. Se juntaron los empresarios a través de la patronal Adegi y, tras analizar las sociedades de caución mutua de Francia, se decidió crear algo similar, inicialmente en Gipuzkoa y después en el País Vasco. Las grandes empresas accedían con más facilidad al crédito y en unas condiciones de plazo y coste mucho mejores que las pymes. Se entendió que con la solidaridad de todo el empresariado se podía ayudar a las de menor tamaño. Hasta 2007, hemos financiado al Euribor más 0,25%, algo que ahora es imposible.
P. ¿Qué ventajas ha traído para el tejido empresarial?
R. Las empresas han ganado en competitividad y mejorado la capacidad inversora. De los 4.500 millones concedidos en avales, salvo la última línea de ayudas al circulante para pymes de 2008, todo ha ido destinado a financiar inversiones.
P. ¿Y en el futuro?
R. El plan que puso en marcha el Gobierno vasco en 2008 para financiar el circulante dio unos resultados buenísimos, porque evitó muchos cierres de empresas. Gracias a esta medida se han podido hacer operaciones por 480 millones para 1.985 empresas. Los créditos eran para tres años porque pensábamos que la situación iba a mejorar, pero no ha sido así. Nos encontramos con que esos créditos vencen en 2012 y hay que darles una salida.
P. ¿No hubiese sido mejor prolongar ese programa?
R. Así lo solicitamos nosotros al Gobierno a comienzos de 2011, anticipándonos a lo que está pasando y al ver que los créditos vencían. Pero no fue posible por la escasez de recursos públicos.
P. El Ejecutivo sí ha abierto una línea de 2.180 millones para pymes, pero sin la participación de Elkargi.
R. Sí contaron con Elkargi. El plan está bien, porque demuestra que la Administración vasca es sensible, pero no ofrece grandes novedades.
P. ¿Algún mensaje a su sucesor, Josu Sánchez?
R. Ha sido mi vicepresidente durante el último año y ya le he transmitido personalmente que es bueno que Elkargi siga manteniendo su independencia. Es necesario colaborar con las instituciones públicas y las entidades de crédito en el apoyo a las pymes, pero sin perder independencia, sin injerencias, que es la clave para entender el éxito de Elkargi.
P. ¿La desaceleración de las inversiones es un indicativo de que el miedo se ha instalado en las empresas?
R. Más que al miedo, responde a las dificultades del momento. Con bajadas de pedidos en las empresas no internacionalizadas del 50 0 el 60%, la capacidad de aguante es muy reducido. Si este año la recesión va a ser del -1,7%, vamos a drenar en torno a 35.000 millones de gasto y la inversión pública va a caer un 40%, es muy difícil que la empresa aborde un programa de inversión, salvo en aquellos casos, afortunadamente muchos aún, que están exportando. La solución es salir al exterior y ahí estará Elkargi para ayudarles. La clave ahora es resistir.
P. ¿Ese es su consejo?
R. Nuestro consejo, asumido por el empresariado, es que las pymes tienen necesidad de internacionalizarse, juntarse entre ellas. El camino es cambiar el modelo de producción. Gracias a que los niveles de exportación son positivos, las empresas están aguantan el empleo, por encima de la media nacional y a la par de la media europea.
P. ¿Cómo juzga el papel de las instituciones ante la crisis?
R. El Gobierno central ha estado 10 años haciendo inversiones faraónicas con dinero prestado y despilfarrando el gasto, de ahí que el déficit público sea tan elevado. Esto no se puede arreglar a corto plazo a costa de parar la actividad, porque así se frena el consumo. El límite del déficit público del 3% para 2013 se tendría que prolongar durante más años para lograr una recuperación de la actividad económica. Los plazos hay que atemperarlos más.
P. Dijo que la Diputación de Gipuzkoa no es sensible con los empresarios.
R. Solo hemos tenido una reunión. No comparto su idea de subir el Impuesto sobre Sociedades a los empresarios.
P. ¿Asistirá Martin Garitano a la asamblea?
R. Está invitado; así lo espero.
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