La sede del Principado a la una, a las dos...

La sede del Principado de Asturias, ubicada en medio del alboroto de Malasaña, está vacía y a oscuras. El polvo se ha adueñado del local. En la puerta acristalada, un cartel anuncia que se sigue informando por teléfono. Un 902.

En el plazo de subasta pública, entre noviembre y enero, no solo no hubo un mejor postor: no hubo ninguno. Nadie quiso este edificio de más de 1.500 metros cuadrados y tres plantas, tasado en 11,3 millones de euros. El Gobierno regional decidió ampliar el plazo tres meses más. Si tampoco encuentra comprador, volverá a repetir el proceso tantas veces como sea preciso. El presidente asturiano, Francisco Álvarez-Cascos, ha dicho: “Los precios de salida tendrán que ser revisados hasta que se encuentre una oferta que entre dentro de los límites previstos”. La venta de esta sede, junto a la de Bruselas (valorada en más de 17 millones), tiene como objeto paliar el déficit público regional.

El edificio, ubicado en la glorieta de San Bernardo, se inauguró en 2005 bajo el Gobierno socialista de Vicente Álvarez Areces. Duró seis años. Su presupuesto, conjunto con el de Bruselas para la “acción exterior” asturiana, ascendía en 2011 a 1,73 millones.

Esta embajada acogió numerosos actos culturales. Funcionaba como punto de encuentro para la promoción del turismo, la cultura y la economía asturiana. Esa actividad no se refugiará en otra institución o inmueble del Principado. En el decreto aprobado en julio por el Gobierno de Foro Asturias presidido por Álvarez-Cascos solo se habla de supresión, no de posibles alternativas. Asturias celebrará elecciones regionales el próximo 25 de marzo.

En Madrid existe además desde 1881 un Centro Asturiano que opera como sede regional pero sin obligaciones políticas o administrativas. Valentín Martínez-Otero, su presidente adjunto, considera que la sede cerrada “realizaba una importante labor” cuyo coste ahora no se puede “asumir”. Cree que el Principado necesita tener presencia en Madrid y aboga por apoyar la casa regional que él preside, “la más antigua de las españolas en todo el mundo”.

Un lugar para todos los asturianos

El 15 de febrero de 2005 se inauguró la sede de la delegación del Principado de Asturias en Madrid bajo el gobierno socialista de Vicente Álvarez Areces. Este declaró que el centro se convertiría en “la casa de todos los asturianos en Madrid”. Seis años después, en julio de 2011 la cerraron, a pesar de que el presupuesto destinado a ambas sedes para ese año era de 1,73 millones de euros, según los presupuestos generales de Asturias de 2011. La cifra se ha ido reduciendo ligeramente desde 2007, año en el que se destinaron 1,96 millones de euros para “acción exterior”, es decir, las delegaciones en Madrid y Bruselas.

Esta embajada asturiana ha acogido numerosas exposiciones y presentaciones de libros y funcionaba como punto de encuentro donde se promocionaba, se divulgaba y se difundía la cultura, el turismo y la economía de Asturias en la capital. Su actividad no se refugiará en otra institución o inmueble de la Comunidad. En un decreto aprobado por el nuevo Gobierno de Foro Asturias (68/2011 de 18 de julio) se habla de supresión y de no de alternativas.

Martínez-Otero defiende que el Centro Asturiano también sirve como “escaparate” pero con “unos recursos económicos muchísimo más modestos”. En la actual coyuntura de crisis, asegura, “es inevitable esta pregunta: ¿no es más inteligente políticamente, más beneficioso para Asturias y, desde luego, más barato apoyar al Centro Asturiano de Madrid?”.