Fernando Blanco alega que voló a Camerún con Dorribo para asesorarlo
El exconselleiro defiende su inocencia y dice que "no hay una sola prueba en 33.000 folios"
Flanqueado por su “equipo de abogados”, dos letrados que le representan, y desde un hotel del casco histórico de Santiago —ya no en la sede del BNG, como en la comparecencia en la que presentó su dimisión junto al portavoz nacional, Guillerme Vázquez que aún ayer defendió su inocencia— se sentó el conselleiro y exdiputado nacionalista Fernando Blanco para exculparse ante la prensa. Blanco, a quien la juez que instruye el caso Campeón imputa tráfico de influencias por sus gestiones con el empresario y supuesto cerebro de la trama corrupta Jorge Dorribo, receptor de ayudas de su departamento cuando estaba en el Gobierno, negó que haya en los 33.000 folios de sumario “una sola prueba” que lo vincule con actividades ilícitas. Salvo “las mentiras, falacias y falsas imputaciones” que atribuyó a Dorribo.
El exconselleiro del Bloque negó primero que haya tenido participación directa con la subvención de 1,4 millones de euros que recibió la trama del departamento de I+D, una de las ramas de su negociado en la Xunta. Aseguró que la ayuda la aprobaron distintas comisiones en las que no participaba ni él como conselleiro ni otros cargos políticos de su departamento y fue posteriormente fiscalizada por el servicio de Intervención de la Xunta. Rechazó tajante que haya sido testaferro de Dorribo a través de su exjefe de gabinete en la Xunta, Xoan Bazarra, con un cargo en una firma que Dorribo tenía en Andorra, que el empresario lucense le hubiera regalado un coche, lotería que finalmente habría resultado premiada con 80.000 euros, o ingresado dinero en su cuenta.
Esa sospecha parte de unos apuntes detectados en los libros contables de Nupel, una de las sociedades de la red, donde figuraba la anotación “pagos consell.” y que coinciden con las fechas en las que Industria aprobó la subvención de 1,4 millones de euros.
El excargo nacionalista aseguró que dispone de documentación ya aportada al juzgado para justificar el pago de la lotería, del coche —en dos fracciones de 5.000 y 13.000 euros— y también de los ingresos que se realizaron en sus cuentas. En su comparecencia ante los periodistas Blanco cifró el patrimonio de su familia en 120.000 euros, incluidos los 80.000 que habría cobrado de la lotería, y descartó que tuviera participación alguna de las sociedades de Dorribo.
Sí admitió que poco después de dejar la Xunta viajó a Camerún en compañía de Dorribo y otras personas para asesorarles en un negocio eólico. Negó que haya cobrado suma alguna por esas labores de asesoría aunque al viaje fue invitado y que tampoco incumplió con el régimen de incompatibilidades que establece la ley para los que han sido cargos públicos de la Xunta. Reconoció también que él mismo recomendó a Dorribo a su jefe de gabinete en la consellería por la formación como economista de Bazarra que además dominaba varios idiomas. Explicó que Bazarra percibía 1.200 euros mensuales y que no tenía participaciones en el entramado empresarial que percibió las subvenciones de la Xunta, por lo que difícilmente podía actuar como testaferro del propio Blanco.
El rector de Vigo niega haber participado en una ayuda a la trama
Junto a él, los dos letrados que lo representan, Evarisco Nogueira, decano del Colegio de Abogados de Santiago, y Xoán Antón Pérez Lema, exsecretario general de Relacións Institucionais con el bipartito, se quejaron de “la indefensión” en la que ha vivido Blanco durante los últimos meses, invocaron la presunción de inocencia y subrayaron que en el sistema penal es la acusación la que debe probar los delitos. Invitó al ministerio fiscal a pedir el sobreseimiento y avanzó que en las próximas semanas se lo reclamarán también a la jueza Estela San José que instruye el caso.
El que fuera su director general de I+D en el bipartito y ahora rector de Vigo, Salustiano Mato, imputado en este mismo proceso, también quiso ayer desmarcarse de cualquier conducta irregular o delictiva. “La comprobación de las facturas, en el proceso de justificación, no era una función del director general, sino del servicio correspondiente”. La sistemática de control de las subvenciones que otorgó su departamento, de 1,4 millones a la empresa Nupel, "fue muy rigurosa. Tanto en la comprobación de las facturas como en la material no se detectó la relación entre empresas proveedoras y pagadoras". "Mi obligación era firmar el informe de los técnicos", explicó Mato, que negó haber recibido instrucciones del entonces conselleiro Fernando Blanco. "La dirección xeral otorgó más de 200 millones en varias convocatorias. Esa ayuda fue sobreauditada", insistió, aunque también reconoció que nadie “es infalible”. Negó además que hubiera conocido a Dorribo o tuviera trato alguno “con ese señor”.
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