La historiadora del arte Conxita Oliver será la coordinadora de artes visuales

Godot ha llegado y es una mujer. La persona encargada de desplegar el nuevo plan estratégico de los centros y los espacios de arte contemporáneo territoriales ya tiene nombre. Se trata de la historiadora del arte Conxita Oliver Cabestany, comisaria de exposiciones, miembro de la asociación internacional de críticos de arte y personaje omnipresente de la vida artística catalana en las últimas décadas.

Esta mañana, durante su visita al centro de arte Tecla Sala de L’Hospitalet de Llobregat, el consejero de Cultura de la Generalitat Ferran Mascarell, que dentro de unos días dará a conocer las líneas directrices de su estrategia en relación a las artes visuales y el nombre de quien la llevará a cabo, no quiso confirmar el nombramiento, aunque su sonrisa no dejó lugar a dudas. Mascarell aprovechó la visita a Tecla Sala, uno de los centros territoriales más veteranos, para transmitir un mensaje de tranquilidad al sector, tras la preocupación despertada por el cierre del Espai ZER01 de Olot y reconfirmar “el decidido apoyo del departamento a todos los Ayuntamientos que demuestren un firme compromiso con el arte contemporáneo”.

Barcelonesa de 55 años, Conxita Oliver entró en el departamento de Cultura en 1982 y antes de pasar a la Dirección de Promoción y Cooperación Cultural, al mando de Jordi Cabré, a la que pertenece la nueva coordinación de artes visuales, era gestora de la Entidad Autónoma de Difusión Cultural de la que depende, entre otros, el centro Arts Santa Mònica. A lo largo de su carrera ha comisariado varias exposiciones, como la dedicada a Clavé en el Palau Robert, Surrealismo en Cataluña en el Santa Mònica y Romà Vallès en la Pía Almoina y su último libro Escrits d’Art, recoge un centenar de artículos sobre artistas y exposiciones, publicados en el diario Avui, con el cual colabora desde hace más de 25 años.

Oliver, que ha sido elegida por esta doble vertiente profesional de técnico y gestora, tendrá la ardua tarea de articular una red de nueve centros, más los espais, intentando hacer malabarismos entre los recortes y las diversas exigencias, no sólo económicas, de instituciones muy distintas como son el Bolit de Girona (aún a la espera de una sede definitiva), el centro de artes contemporáneas de Vic, La Panera de Lleida, Can Xalant de Mataró, los centros de arte de Tarragona y de Amposta, Tecla Sala de L’Hospitalet, Arts Santa Mònica y el nuevo centro de arte de Barcelona, que se inaugurará finalmente en la fábrica Fabra i Coats.

Oliver tendrá que trabajar muy estrechamente con el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), al que la consejería otorga un papel vertebrador fundamental. También el Arts Santa Mònica está llamado a desempeñar un papel importante para contribuir a difundir en Barcelona, iniciativas y exposiciones producidas en los centros territoriales antes mencionados. Una de las prioridades, tal y como comentaron fuentes del departamento, será abrir los centros a diversos sectores de usuarios, “desterrando la actitud endogámica que ha contribuido a alejar el arte contemporáneos del gran público”, así como incrementar las colaboraciones entre los centros para aprovechar al máximo las inversiones.