Dorribo dice que recibió 1,4 millones por una orden de Fernando Blanco
El rector de Vigo declara ante la juez que no cometió ninguna irregularidad
Fue el primer gran pelotazo de la trama del empresario Jorge Dorribo, que en alguna ocasión llegó a mencionar que si había funcionado con el bipartito ¿por qué no con el PP? El rastro del fraude para conseguir subvenciones públicas con facturas falsas condujo a los investigadores a las ayudas que se tramitaron en el 2008 desde la Consellería de Economía, dirigida entonces por el nacionalista Fernando Blanco. Su entonces director general de Investigación y Desarrollo, Salustiano Mato, actual rector de la Universidad de Vigo que ha sido imputado en el proceso, firmó la concesión a Dorribo de 1,4 millones a fondo perdido para desarrollar supuestamente nuevos envases de medicamentos de una sola dosis.
Aunque la comisión que acordó conceder la ayuda no intervino Mato. Estaba formada por cinco personas: una subdirectora general, dos funcionarios del departamento de I+D, un gestor de fomento de Innovación y un jefe del Servicio Galego de Propiedad Industrial. Dorribo declaró que en un principio les habían denegado la ayuda, pero, según consta en el sumario, “hablaron con Fernando Blanco y les dijo que no se preocuparan, que lo arreglaba él”. Ocurrió a finales de 2008.
En una comida posterior, el empresario dijo reconocer a “una persona que llevaba las subvenciones, una persona muy vinculada con Fernando Blanco que luego lo nombraron algo de la Universidad de Santiago, que es muy conocido”. Preguntado por si no sería el actual rector de Vigo, dijo que no sabía “si era rector de Vigo”, pero lo señaló como “el que firmaba”. En esa comida, “o un desayuno”, no precisa bien, supuestamente Salustiano Mato se acercó un momento y le dijo: “Eso ya está mirado, estaros tranquilos que ya me comentó el conselleiro”.
Mato declaró ayer en el juzgado que lleva el caso junto a su número dos en el anterior Gobierno, Javier Ochoa, y ambos negaron ante la juez cualquier irregularidad en la concesión de la subvención a la empresa Nupel. “Tengo que decir que no hay ninguna duda, ni existe ninguna irregularidad con respecto a mi actuación y gestión en la dirección general”, afirmó el rector de Vigo a la salida del juzgado, para luego añadir que no piensa dimitir.
La ayuda que otorgó su departamento se justificó con facturas falsas de la empresa ICM, que administraba la mujer de Dorribo. La investigación constató que los pagos que Nupel presentó como prueba para cobrar la ayuda se devolvieron a la propia farmacéutica poco después. En suma, un dinero de ida y vuelta. Dorribo manipuló esas mismas facturas (incluyendo el cambio de IVA, que en 2008 era del 16% y en 2010 del 18%), para utilizarlas ante la misma consellería dos años después.
El abogado de Ochoa, Miguel Ángel Fernández, explicó que su defendido justificó ante la juez “las gestiones” para concederle a Dorribo la ayuda “con todas las garantías”. Por su parte, el abogado del exconselleiro Fernando Blanco que “no hay absolutamente ningún soporte documental, ni intervención telefónica que corrobore las declaraciones de Dorribo”.
Ayer en Madrid estuvo el otro foco del caso Campeón. El empresario José Antonio Orozco, consejero delegado de Transportes Azkar, declaró ante el juez del Tribunal Supremo que investiga las acusaciones contra el exministro socialista José Blanco que el empresario Dorribo presentó un proyecto de exportación de medicamentos “falso e irreal”, con el que “engañó” a los que, como él, invirtieron en la sociedad andorrana Salut e Innovació.
Según Orozco, el proyecto de Dorribo consistía en recoger medicamentos desechados y reciclarlos, pero después se enteró de que esos medicamentos no se podían comercializar. En el sumario los agentes llegan a interceptar una conversación del lucense con una empleada de Nupel en la que hablan sobre unas existencias caducadas que se estaban “reetiquetando”. “Nos engañó. Fue una de tantas ideas de Dorribo que no se llevaron a la práctica”, comentó Orozco, según fuentes de los asistentes a la declaración.
Orozco explicó que conoce al ministro José Blanco desde la infancia y son amigos, pero dijo que es “absolutamente falso”, que hubiese sido “testaferro” de Blanco, como dijo Dorribo. Cuando Blanco fue ministro le informó sobre algunos proyectos porque lo consideró “su obligación como empresario”, pero ni pagó la casa de Blanco en Las Rozas, ni le dio nunca dinero, y lo único que cree haber obtenido del ministro es “el traslado de una información”.
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