Muere un niño de 10 años durante una actividad escolar en Montjuïc

Un niño de 10 años falleció ayer en una balsa del parque de Montjuïc, en Barcelona, durante una actividad escolar. El menor participaba, junto con otros 12 niños con autismo, en una sesión terapéutica con caballos (hipoterapia) en la Escuela Municipal de Hípica de la Foixarda.

Por razones aún desconocidas, el menor se alejó de sus compañeros. Posteriormente fue encontrado por sus profesores dentro de la balsa, a unos 150 metros del centro equino, explica una portavoz municipal. Según los Mossos d’Esquadra, que investigan el caso, el fallecido tenía signos de ahogo, aunque solo una autopsia determinará la causa de la muerte.

El niño era un estudiante del Colegio de Educación Especial Concha Espina, que depende de la Generalitat y está especializado en personas con dispacapidad cognitiva. El grupo de 13 estudiantes, acompañado de siete profesores, realizaba actividades de interacción con los caballos, según explicó una portavoz del Ayuntamiento.

Antes de las 11.45 de ayer, los profesores se percataron de la ausencia de uno de los estudiantes, explicó la misma portavoz. Minutos después, tras buscarlo por los alrededores, el menor fue hallado dentro de una balsa cercana, a la que se llega bajando por un camino de tierra, a unos 150 metros de distancia. El menor estaba dentro de la balsa y no respiraba.

El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) trasladó al lugar cuatro unidades de atención y se intentó reanimar al niño, sin éxito, en el lugar de los hechos. Posteriormente fue llevado en estado crítico al hospital Sant Joan de Déu, en Esplugues de Llobregat, donde falleció.

La policía catalana activó la unidad subacuática de investigación para conocer las condiciones de la balsa, que es de titularidad del Ayuntamiento de Barcelona. La zona del suceso estaba descuidada, muy fangosa y llena de plásticos, además de otras basuras en estado de descomposición. La balsa, rodeada de espesos juncos, tiene unos 45 metros de diámetro. A pesar de estar tan cerca de la escuela, en la zona no había ningún tipo de señalización que advirtiera del peligro o barrera que impidera el acceso.

“La parte más profunda de la balsa sobrepasa la cintura de un adulto [unos 80 centímetros], pero el barro es esponjoso y la temperatura del agua es baja”, explicó uno de los investigadores que ayer trabajaba en el lugar de los hechos. “Estas condiciones pueden generar un estado de nerviosismo en una persona con discapacidad y propiciar el ahogo”, añadió el agente.

El Departamento de Enseñanza de la Generalitat, del que depende el centro donde estudiaba el menor, no se quiso pronunciar respecto a la tragedia y se remitió a la versión entregada por el Ayuntamiento. Había 13 niños y 7 educadores, lo que cumplía con la ratio especificada para el cuidado de los menores. Un portavoz del centro de educación especial tampoco quiso referirse a los hechos.

La hipoterapia está extendida entre los centros de educación especial de la ciudad. De hecho, los alumnos del Concha Espina, ubicado en la Rambla de Prim, en el distrito de Sant Martí, acudían a realizarla una vez por semana a la escuela equina de la Foixarda. Allí se les prestaban los caballos, pero las actividades eran desarrolladas por los docentes. Durante las sesiones, los menores interactúan con los caballos, los cuidan, los peinan y también los montan, siempre bajo la supervisión de los maestros. Según los expertos, esta terapia mejora el equilibrio y la movilidad de los pacientes, y también puede estimular las funciones de comunicación y de comportamiento.

La tragedia no alteró el curso normal de las actividades de la escuela equina de la Foixarda. Ayer en la tarde se podían observar a los niños en sus clases de hípica. Por su parte, los Servicios Sociales del Ayuntamiento activaron el Plan de Acción Logístico Social de apoyo psicológico para atender a la familia del niño fallecido, a los demás alumnos del centro escolar y a sus profesores.