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“Mi ordenador lo usaban muchos”

Un hombre acusado de 110 delitos de ciberacoso y para el que el fiscal pide 359 años de cárcel declara que sacó las imágenes de dos portales de Internet

F. Javier Barroso
Jorge Miranda, a la entrada de la Audiencia Provincial de Madrid.
Jorge Miranda, a la entrada de la Audiencia Provincial de Madrid.ÁLVARO GARCÍA

“No” y “no recuerdo”. Esas fueron las palabras que más repitió Jorge Miranda Castro, de 26 años, durante la primera sesión del juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial. Este vecino de Chipiona (Cádiz) se enfrenta a una petición por parte del fiscal de una condena de 359 años de prisión por cerca de 110 delitos de ciberacoso y elaboración de pornografía, entre otros. Entre sus 81 víctimas, había 18 menores de edad.

Pese a la gravedad de los hechos que le imputan, Miranda no ha pasado ni cuatro meses en prisión preventiva. Estuvo en prisión entre el 10 de junio y el 2 de octubre de 2009. Fue la última de sus víctimas, la número 81, la que denunció que estaba siendo acosada por un hombre que la obligaba a desnudarse delante del ordenador y a mostrarle sus partes íntimas e incluso masturbarse. En caso contrario, amenazaba con difundir imágenes comprometidas suyas entre los contactos de la chica, tras robarle las claves de acceso a su correo electrónico.

Según el escrito del ministerio público, en ocasiones les advirtió de que sabía dónde vivían, que iría allí y que les haría la vida imposible o que les daría una paliza. Algunas jóvenes sucumbieron al escenario de terror y se prestaron a sus exigencias enviándole fotografías y vídeos. Varias víctimas han necesitado tratamiento psiquiátrico.

Un total de 18 de sus 81 presuntas víctimas son menores de edad

El acusado entró ayer en la Audiencia Provincial tranquilo y casi desapercibido mientras una nube de periodistas entrevistaba a su abogado. Durante el interrogatorio, tan solo se dedicó a contestar con monosílabos a las preguntas del fiscal y de la abogada de la acusación particular, que representa a tres víctimas, alguna de ellas menor de edad. Negó que se hubiera apropiado de más de 200 cuentas de correo de Hotmail. Tan solo confirmó que estaba matriculado en un curso de desarrollo y aplicaciones informáticas en Sevilla y que desconocía cómo habían llegado centenares de imágenes comprometidas a sus ordenadores (uno portátil y otro de sobremesa).

Miranda se mostró tan esquivo con las preguntas del ministerio público que el presidente de la sala tuvo que apercibirle para que respondiera y que hablara en voz alta. No paró de mover las piernas, visiblemente nervioso, en especial cuando el fiscal le relataba las amenazas que lanzó contra las mujeres. Algunas eran de muerte si las víctimas no accedían a sus pretensiones libidinosas. “Nunca he difundido nada”, respondió al fiscal cuando este le preguntó si había difundido imágenes por portales como Myspace. “Alguien ha podido falsificar mis direcciones de IP [la matrícula propia de cada computadora]“, se limitó a decir.

Su tono cambió cuando le tocó interrogarle a su abogado defensor, Juan Carlos Higuero. Entonces pareció recuperar la memoria. Afirmó que parte de las imágenes podrían provenir de algunos portales en los que se crean perfiles con imágenes íntimas como Netlog.com o Votamicuerpo.com. “Yo visitaba el perfil público de las chicas y yo también colgué fotos mías. Además, mi ordenador lo usaban muchos, como mis familiares y amigos. Tanto en mi casa de Chipiona como en Sevilla me reunía con más gente, como amigos, y a veces lo utilizaba. Tenía el ordenador portátil y también el de sobremesa, que siempre estaba encendido”, señaló el acusado. “Muchas veces mi hermano o algún compañero de universidad también usaban mis ordenadores”, añadió.

Miranda afirma que pudieron falsificar la dirección de sus ordenadores

“Era habitual que en estos foros se colgaran fotos de mujeres desnudas o con los pechos descubiertos. Era la moda hacerse la foto con el móvil en el baño. Algunas de ellas sí me las mandaron. También era habitual en aquellos años [de 2007 a 2009]”, destacó el acusado. “Sí solían haber conversaciones subidas de tono. No había ningún tipo de coto a que entraran menores. Estamos hablando de 2007 y 2008. Ahora sí te obligan a aceptar que se trata de menores de edad. Antes eso no ocurría”, describió el acusado, que ha estado en tratamiento psiquiátrico. Este tiene una medida cautelar que le impide conectarse a Internet.

También declararon los agentes que investigaron a Miranda. La denuncia de una víctima presentada en el Grupo de Menores (Grume) de Madrid permitió llegar hasta las dos direcciones de IP del acusado y comprobar que tenía muchísima información de mujeres almacenada en sus computadoras. El juicio continúa hoy con los testimonios de algunas víctimas. Algunas declararán a puerta cerrada, al ser menores.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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