La crisis reduce el 6% el uso del coche privado en Barcelona desde 2008

Calles más silenciosas y con menos congestión de tráfico. Es el resultado de una disminución progresiva tanto de los movimientos internos como de los de conexión de Barcelona que se inició hace cuatro años. Desde 2008, los contadores situados en los accesos a la ciudad —rondas, Meridiana, Diagonal y Gran Via— y en las vías principales —como Aragó y Balmes, entre otras— registran un descenso paulatino de movimiento.

En cuatro años el tráfico ha caído el 6%. En 2009 el descenso fue del 1,6% respecto a 2008; en 2010 fue el 1,9% menos que el año anterior y en 2011 se registró una disminución del 2,4% respecto a 2010.

En los accesos de Barcelona, el tráfico bajó el año pasado un 3% y en las vías principales un 2,8% menos que los registros que se daban en 2010, según los datos del área de Movilidad del consistorio.

Una sensación de menor agitación se percibe en buena parte de la ciudad, incluso en la zona más céntrica. “Sí que se nota. Salvo algunos momentos más críticos, lo cierto es que se conduce mejor. Más rápido y sin embotellamientos. Lo malo es que no hay trabajo”, reconoce Manuel, un taxista que lleva años al volante. El año pasado en Barcelona, los movimientos internos en vehículo privado representaron el 14% del total, cuatro puntos por debajo que el último dato de la encuesta de la movilidad de 2010, que situaba el uso del transporte privado en el 18%.

Hay otro motivo para el descenso del tráfico privado que ya no es coyuntural: la escalada del precio del carburante

No hay un único motivo que explique el fenómeno. La crisis económica es uno de ellos. Al bajar la actividad económica, desciende la movilidad. Desde la que genera el comercio hasta la industrial u otro tipo de negocios. Pasando, también, por los que se desplazaban a la capital de compras o hacer gestiones en sus coches y ahora lo hacen de otra manera: “Además de los efectos de la crisis se ha producido un cambio de modelo, a favor del transporte público y de la bicicleta dentro de la ciudad”, entiende el edil de Movilidad, Eduard Freixedes.

Hay otro motivo para el descenso del tráfico privado que ya no es coyuntural: la escalada del precio del carburante. “A partir de cierto precio coger el coche y buscar aparcamiento en la ciudad para hacer gestiones sale caro y se buscan otras alternativas”, añade. Una de esas alternativas son las motocicletas porque consumen menos y el estacionamiento es fácil. “Se está comprobando que cada vez hay más motoristas que, a diario, proceden de ciudades como Sabadell y Terrassa o del Maresme”, añade.

La capital catalana siempre ha tenido a gala ser una de las ciudades donde la movilidad interna se hace mayoritariamente en transporte público, a pie y en bici. Dos de cada tres desplazamientos se hacen en transporte público, a pie o bici. Y es la bici la que está ganando más terreno en los últimos dos años. “En valores absolutos la bicicleta ha subido el 5%”, afirma Adrià Gomila, director del área de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. El Bicing y las bicicletas privadas se han consolidado como un sistema de transporte, sobre todo en los movimientos internos con más de 100.000 desplazamientos diarios. Y eso pese a que las infraestructuras de los carriles bici dejan mucho que desear, algo que reconoce hasta el propio edil de Movilidad: “A partir de 2013 trabajaremos en la mejora de los carriles y, sobre todo, en la conexión”. Y uno de ellos, promete el edil, será el de la Diagonal.