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PP y BNG desbancan al alcalde de Cee imputado por corrupción

Populares y nacionalistas justificaron el pacto apelando a la “regeneración democrática”

La nueva alcaldesa, Zaira Rodríguez (PP), abraza al alcalde censurado, el independiente Ramón Vigo, tras tomar posesión.
La nueva alcaldesa, Zaira Rodríguez (PP), abraza al alcalde censurado, el independiente Ramón Vigo, tras tomar posesión.GABRIEL TIZÓN

Pese al escenario atípico, la cancha de un polideportivo, y el gran despliegue de seguridad, no hubo ni incidentes, ni abucheos entre el medio millar de personas que asistieron a la sesión. Había partidarios, casi a partes iguales, de los tres grupos. Pero fueron los del PP y del Bloque los más entusiastas en aplausos. La única concejal del PSOE, socia de gobierno de Vigo entre 2007 y 2011, se abstuvo.

“El desgobierno”, la “errática” situación económica de las arcas locales, con deuda duplicada y presupuestos prorrogados desde 2010 y “la política caciquil del sultanato” del ya exalcalde, centraron los argumentos de Rodríguez y Daniel Oca, portavoz del BNG, para justificar su alianza. Basada “en la lealtad y la confianza mutua”. Es “un pacto para regenerar económica y democráticamente” el municipio más poblado de la Costa da Morte.

La nueva alcaldesa, primera mujer de la comarca en acceder al cargo, tenía el aval de la dirección del PP para desbancar al representante de la lista más votada en las municipales de 2011 (Independientes por Cee tiene cinco ediles). “No puede ser un cheque en blanco”, justificó Zaira Rodríguez tras recordar a Vigo sus argumentos para pactar con el PP en 2001 una censura contra el entonces alcalde del PSOE. Los tres ediles nacionalistas, por el contrario, se enfrentan a una expulsión del BNG por este acuerdo con el PP y pidieron “respeto” por una decisión que cuenta, subrayó Oca, con el aval mayoritario de la asamblea local del BNG.

Pero para justificar esta moción de censura PP y Bloque se cuidaron de no mencionar la Operación Orquesta, la trama de corrupción en la Costa da Morte destapada hace un año por el juez de Corcubión Andrés Lago Louro. Ramón Vigo, en libertad provisional tras pagar 29.000 euros de fianza y acusado de seis delitos, es el principal encausado en un sumario en el que también están implicados dos de sus ediles, así como los alcaldes del Fisterra y Mazaricos, ambos del PP y también en libertad provisional, sus concejales de obra y una veintena de funcionarios y constructores de estos tres municipios.

El exalcalde está acusado de seis delitos en la Operación Orquesta

Oca, que autocensuró en su discurso el párrafo que aludía a las “imputaciones y fianzas” de Vigo, sólo hizo una leve referencia prometiendo “pagar las fiestas” del pueblo con “dinero limpio”. Pero fue curiosamente el portavoz del partido de Vigo, Plácido Insúa, el único que se atrevió a recordar una trama que PP y BNG pactaron sin embargo mantener en sordina. Y lo hizo para denunciar la “desproporción horrible” que supuso que 200 policías detuvieran a Ramón” Vigo hace un año.

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La única estridencia ayer fue el discurso leído de Ramón Vigo. Con versos de Neruda y de Sabina augurando que el nuevo gobierno de coalición de Cee no durará más de “19 días y 500 noches”, se despidió del cargo que ocupa desde 2007 —estuvo en un gobierno de coalición con el PP entre 2001 y 2003— con vivas recriminaciones a la alianza “antagónica de la derecha con la extrema izquierda”. “¡Ay si Don Manuel se levantara!”, espetó al recordar la oposición de los nacionalistas a los homenajes al fallecido fundador del PP.

A la nueva alcaldesa, Vigo le reprochó con amargura que rechazase pactos puntuales “esperando a esta breva que ahora le cae”. Y al nuevo teniente de alcalde del BNG, le lanzó veladas acusaciones de ser consumidor de estupefacientes.

“Uno por ser pequeño y fumar puros no es un mafioso, son otros los que sustentan con otras substancias las mafias”, arguyó el regidor censurado. Y defendió su gestión económica en el Ayuntamiento, incluido su salario, que compagina con su actividad privada como médico.

Sin bastón de mando

No faltó ayer en la atípica sesión plebnaria ni el retrato del Rey, ni bien alineadas las banderas española, gallega y la de Cee, en la cancha del polideportivo reconvertido en improvisado salón de plenos. Pero lo que no apareció por ningún lado para este cambio en la Alcaldía fue el bastón de mando.

El Ayuntamiento de Cee, desde los inicios de la democracia, carecía de él hasta que Ramón Vigo adquirió uno para su reelección como alcalde tras las municipales del año pasado. Pero ayer, tras verse despojado del cargo por una moción de censura, se guardó de entregarlo a la nueva alcaldesa, Zaira Rodríguez.

A pie y sin distintivo alguno, la nueva regidora electa, nada más jurar su cargo, se dirigió al Ayuntamiento para firmar, ya en sede municipal, con sus otros tres ediles del PP y otros tanto del BNG el pacto de gobierno.

Al pasar ante el colegio de Primaria, se oyó a través de las ventanas abiertas la voz de una profesora explicar a los escolares: “si miráis a vuestra derecha, veréis cómo las cámaras están grabando a la nueva alcaldesa de Cee”. Mientras, Vigo apenas se detuvo para saludar a los vecinos tras finalizar el pleno. Sólo se paró a agradecer a un guardia civil su presencia y rápidamente se refugió en un mesón cercano al polideportivo.

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