“La gente se tendría que manifestar cada día, tendríamos que llevarles flores”
Pi de la Serra presenta en el Auditori su último disco, ‘QuicoLabora’, con carga reivindicativa “Este mundo está gobernado por unos psicópatas que están triturando el planeta”
Quico Pi de la Serra (Barcelona, 1942) está en plena forma. No para: disco nuevo, conciertos, programa de radio, paternidad… “Siempre es buen momento para hacer canciones”, apunta el histórico cantautor. Lo dice un hombre que hace 50 años que se dedica a ello, “como un artesano”, y que ha sabido labrarse una sólida trayectoria. Ahora vuelve a la palestra con QuicoLabora (TempsReg), un álbum que “permite volver a cantar canciones que hace tiempo que no se cantan, que quedan fuera de los recitales”. Este viernes tiene cita en el Auditori y la semana que viene en Girona será otro de los grandes nombres del Black Music Festival. QuicoLabora nace junto a los grandes Amadeu Casas y Joan Pau Cumellas, algo más que escuderos, que encuadran perfectamente el retrato blues que tanto obsesiona a Pi de la Serra.
Para este exintegrante de Els Setze Jutges y adalid de los indignados del 15-M, “el blues es la música popular del planeta”. No le preocupa el estado de salud de este tipo de música y parafrasea a su amigo Joan Manuel Serrat para decir que “hay que sentarse a ver cómo las modas van pasando y uno sigue ahí, en el sitio”. Y es que él es un “artesano”, insiste en el término y reclama que a los músicos se los trate como a otros profesionales. “¿Por qué, si al lampista se le paga, al músico no?”, se lamenta y arremete contra la situación actual, que, bajo el paraguas de la crisis, es cruel. “Este mundo está gobernado por unos psicópatas que están triturando el planeta”, asume, y agrega a modo de aclaración que “estos psicópatas son lo que se llama los mercados”.
Pi de la Serra lamenta que a pesar de que con este disco esté recuperando temas antiguos, “las canciones son plenamente vigentes en cuestiones como la ecología, la actuación policial, la lengua…” y asegura que “la especie humana ha ido empeorando en los últimos 6.000 años”. Todas las canciones de QuicoLabora son conocidas excepto Cançó conjuntural, que está “dedicada a los indignados”. Como siempre, en la letra se encuentra al mejor Quico Pi de la Serra, y la prueba son dos versos de la citada canción: “Para que esta crisis no sea el destino, hay que encontrar palabras que rompan el silencio”. Y también ha añadido una estrofa dedicada al juez Baltasar Garzón a la mítica Si els fills de puta volessin no veuríem mai el sol. Todo actualidad.
El artista barcelonés, que ha coleccionado (y usa) más de un centenar de guitarras y no tiene teléfono móvil, carga también contra “el sometimiento a la tecnología en que vivimos hoy”. Tiene leña para todos: “Julian Assange dijo hace poco que uno de los grandes problemas de este mundo sois vosotros, los medios de comunicación”, subraya.
Pero dice que no quiere caer en la trampa de la desconfianza: “Nos tenemos que fiar los unos de los otros”, espeta. Y también lanza su sueño: “Sé que es utópico, pero esta crisis nos debería enseñar a consumir menos”. Pi de la Serra señala que “la supuesta comodidad que vivimos no tiene praxis política”. ¿Qué opina de las recientes manifestaciones de estudiantes? “Lo mínimo que puede hacer la gente es quejarse, me gusta que se manifiesten sin permiso gubernamental, se tendrían que manifestar cada día, y tendríamos que llevarles flores”, sostiene.
Pi de la Serra se queja de que no hablamos de música, porque es un torrente de ideas. Pero él, compositor e intérprete, deja muy claro su arte: “Una canción tiene tres vidas: la primera, cuando la hago; la segunda, cuando la consulto con mi sanedrín y me dicen que sí, y la tercera, cuando la toco ante el público”. Ahora toca la tercera vida, la que le permite llegar a todos.
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