Un proyecto de arte coreográfico

Los escolares de visita en la Fundación Tàpies no creen a sus ojos. ¿Dónde están las obras?, se preguntan mirando asombrados y divertidos la joven coreógrafa Cristina Blanco, que realiza micro movimientos mientras lanza breves gritos guturales. A su lado una bailarina se mueve muy lentamente, asumiendo posturas que recuerdan los movimientos del tai-chi o de una bruja a punto de lanzar un anatema. Son dos de las obras vivas de “Retrospectiva” de Xavier Le Roy, el nuevo proyecto de la Fundación Tàpies, que aborda los límites y el agotamiento del formato expositivo tradicional, a través de un conjunto de acciones que seis performers (hay 16 alternándose) llevarán a cabo hasta el 22 de abril. Estas acciones se proponen reintepretar las 26 coreografías individuales, creadas entre 1994 y 2010 por el francés Xavier Le Roy, un doctor en biología molecular, que desde 1991 desarrolla un trabajo experimental como coreógrafo y bailarín “para radicalizar el discurso sobre el cuerpo, el tiempo y el arte del movimiento”. Cada intérprete tiene total libertad para representar sus obras.

El objetivo de Cristina Blanco por ejemplo, es concentrarlas en una acción de pocos segundos, mientras que Aimar Pérez mezcla la trayectoria de Le Roy con la suya propia. “El museo ofrece una puesta en escena donde el público se desplaza individualmente por un recorrido, que va tomando forma en su memoria con el auxilio de elementos como cartelas, hojas de sala o audio guías. En cambio si la obra es una persona te puede contar directamente su historia, convirtiendo el museo en un espacio de transmisión de un cuerpo a otro”, explicó la directora de la Fundación, Laurence Rassel, que está preparando con el hijo de Tàpies, Miquel, una exposición sobre las obras de los últimos doce años del artista recientemente fallecido, centradas en las problemáticas vinculadas al cuerpo.

El proyecto, concebido como “una coreografía desplegada por la ciudad y entre varias disciplinas”, se completa con un simposio en el Macba (del 29 al 31 de marzo) y un ciclo de cuatro espectáculos, especialmente representativos de la trayectoria de Le Roy, que serán representados por sus intérpretes originales, en el Mercat de les Flors (entre el 19 de marzo y el 15 de abril).

El director de este espacio dedicado a la danza, Francesc Casadesús, que ya colaboró con la Fundación Tàpies en ocasión de la muestra de Merce Cunningham, se demostró encantado con el proyecto, definiéndolo “una provocación que altera los papeles habituales del museo y el teatro, subvirtiendo la relación entre los cuerpos del espectador y el actor”. “Normalmente en el teatro vemos procesos, mientras que en el museo contemplamos obras acabadas y en este caso es a la inversa”, aseguró Casadesús. Entre los espectáculos elegidos por el Mercat está también Low pieces, su última producción, que se estrenó en el pasado Festival de Aviñón. En ella Le Roy continúa su reflexión sobre el cuerpo, planteando un intercambio entre artistas y público con el objetivo de analizar cómo se modifica la mirada del espectador según vea el interprete fuera o dentro de la escena. "Los cuerpos desnudos y los movimientos de los actores proponen una comunidad no humana y un conjunto de paisajes coreográficos que sugieren otra forma de estar en el mundo", concluye Le Royn.