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Las inversiones de Innova causan pérdidas de 30 millones a Reus

El Ayuntamiento asumió todos los riesgos en proyectos con el sector privado

El centro de negocios y ocio de Reus con  las obras paralizadas.
El centro de negocios y ocio de Reus con las obras paralizadas. JOSEP LLUÍS SELLART

Las aventuras empresariales acometidas en los últimos años por Innova, el holding municipal de Reus impulsado por el exalcalde Lluís Miquel Pérez (PSC) y dirigido por Josep Prat, actual presidente del Instituto Catalán de la Salud, dejarán al municipio una factura superior a los 30 millones de euros en pérdidas. El “gran problema” de este agujero, como afirma el actual alcalde, Carles Pellicer (CiU), es un centro comercial con el que Reus quería competir con Tarragona que abrió su El Corte Inglés en 2010. Reus adjudicó en 2006 la operación a Metrovacesa, que asumió las obras y se comprometió a pagar cuando abriera el centro un canon de cinco millones durante los primeros cinco años y 2,2 en los siguientes.

Reus quería usar este dinero para la nueva Fira, para lo que firmó mediante una empresa controlada por Innova, Redessa, un crédito de 37,6 millones, de los que 32 fueron avalados por el Ayuntamiento. El acuerdo con Metrovacesa, sin embargo, escondía un gran riesgo: si la constructora no cumplía y el centro comercial no se abría, la constructora no estaba obligada a pagar el canon. La crisis ha hecho realidad el peor escenario y las obras llevan meses paradas, lo que ha dejado a Redessa sin fondos para pagar el crédito y al Ayuntamiento amenazado por el aval de 32 millones. “Nos pueden quitar los impuestos y el dinero que necesitamos para la ciudad”, lamenta Pellicer.

Lluís Miquel Pérez, exalcalde socialista de Reus.
Lluís Miquel Pérez, exalcalde socialista de Reus.

Pellicer intenta ahora retrasar con la banca los plazos del crédito, pero lo hace desde una posición de debilidad: Metrovacesa pide la rebaja del canon a 1,6 millones anuales en lugar de los cinco pactados y Reus solo tiene medio año para aceptarlo u optar por algo nada ventajoso: romper con Metrovacesa, recibir una compensación mínima y quedarse con una licencia sin rentabilidad. En cualquier caso, admiten fuentes municipales, la fallida operación dejará una factura “superior a los 20 millones de euros”.

El otro gran foco de pérdidas del grupo Innova lo forman cuatro empresas de las que el municipio, pese a no tener una posición accionarial mayoritaria, ha acabado asumiendo “casi todos los riesgos y pérdidas”, según Pellicer.

La más importante en volumen es Tecnoparc, formada en 2004 con el objetivo de promover un parque tecnológico. Redessa, filial de Innova, tomó entonces el 39% de un capital que completaban otras empresas y entidades locales. Con el paso de los años, sin embargo, Tecnoparc no ha dejado de acumular pérdidas que han sido cubiertas sucesivamente y en solitario por Innova mediante avales, créditos participativos y otros compromisos hasta sumar 9,6 millones de euros. Actualmente, Redessa controla ya el 48,2% de Tecnoparc, porcentaje que irá creciendo a medida que cumplan los plazos de los créditos participativos. Las perspectivas son tan negras que Innova solo se plantea una opción: “Intentar quedarnos con el 100% del capital, vender la sede y perder el menor dinero posible”, explican fuentes municipales, que asumen que las pérdidas serán de “varios millones”.

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Shirota Functional Foods, creada en 2007, ilustra cómo Reus impulsó sus proyectos haciendo la bola cada vez más grande. Nacida para ocupar e impulsar el parque de Tecnoparc, el anterior equipo de gobierno aseguraba que era “la empresa de investigación más importante de España dedicada a la alimentación funcional”.

Según las cuentas depositadas en el registro mercantil, sin embargo, Shirota ha sido un agujero que entre 2008 y 2009 (último año con las cuentas depositadas en el registro mercantil) apenas facturó a sus clientes 70.000 euros y sobrevivió gracias a un crédito de tres millones de euros avalado por Innova. “Otra vez”, lamentó Pellicer en una reciente conferencia, “el Ayuntamiento asumió todo el riesgo pese a tener solo el 40% de la empresa”. Shirota, sin casi ingresos, debe ahora más de tres millones de euros y el municipio estudia convertir esta deuda en capital social. Esto supone dar los tres millones del crédito por perdidos, pero mejora su posición financiera para intentar colocarla a algún inversor.

Innova también deberá asumir pérdidas de varios cientos de miles de euros por inversiones en otras dos empresas en las que tomó participaciones que rondan el 30%. Se trata de Promimpuls, dedicada al sector turístico, y la sociedad de capital riesgo Reus Ciutat de Negocios.

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