“Tosar y la animación son nuestras marcas”
“No deberíamos dilapidar el capital humano de la animación en Galicia”
Desde esta semana, ya hay alguien en Galicia que tiene tantos goyas como Luis Tosar. Ángel de la Cruz (A Coruña, 1963), saludó con un boas noites, por tercera vez este domingo en la gala de los Goya, al recoger su premio compartido al mejor guión adaptado por la película de animación Arrugas, dirigida por Ignacio Ferreras y surgida a partir de un cómic del dibujante Paco Roca, coautores también del guión. De la Cruz ya había recogido dos galardones anteriores a la mejor película de animación por O bosque animado (2001) y Soño dunha noite de San Xoán (2005), dirigidas por él. Es la primera vez que un premio al guión recae en una película de animación, que triunfó también en su categoría más específica. “Todavía estoy un poco descolocado y abrumado”, dice desde el otro lado del teléfono, a punto de coger un avión camino de Bruselas, donde hoy presentará Arrugas, una historia dura y conmovedora sobre la amistad, la vejez y el deterioro implacable del alzhéimer.
Pregunta. Ya ha igualado los tres goyas de Luis Tosar. ¿Qué cree que puede aportar este premio a nuestro audiovisual?
Respuesta. El domingo, en un corrillo de la gala, oí decir: “Otro goya de animación para los gallegos”. Nuestro audiovisual es reconocido por dos marcas: Tosar y la animación. Tosar tiene el mérito de que son galardones individuales, y creo que todavía conseguirá más. Se habla de los gallegos que hacen animación y no deberíamos dilapidar este capital humano que tenemos. Se debería potenciar la implantación de empresas de este tipo, antes de que el capital se destruya y comience a buscar oportunidades en otras partes.
P. En su discurso, hizo referencia a que su madre padecía alzhéimer. ¿Cómo influyó en el guión vivir esta enfermedad tan cerca?
R. Trabajar en este guión fue un proceso emocional muy duro. Me enviaron un cómic que tenía el alzhéimer como tema central, pero en ese momento yo no sabía que mi madre lo tenía. Se lo diagnosticaron mientras yo trabajaba en el guión. Fue un proceso de deterioro demasiado rápido en paralelo al trabajo. Las cuatro personas que trabajamos en este guión teníamos este tipo de sensibilidad hacia la vejez.
P. ¿Por qué cree que los académicos eligieron su película?
R. Creo que porque no deja a nadie indiferente. Hablé con personas que eran muy reticentes a ver una película que hablaba de la vejez y del alzhéimer, que era animación para adultos. Pero vencieron la resistencia y muchos me llamaron emocionados. Es una película dura, pero que acabas olvidando que es animación y sales de verla con un cierto ánimo optimista. La primera vez que la vimos, media docena de personas, nos emocionamos a pesar de conocerla muy bien. Eso no me había pasado nunca. En ese momento vimos que estábamos ante algo diferente.
P. ¿Se podría decir que usted representa un perfil de profesional forjado en Galicia, que ha creído que se podía hacer cine desde aquí?
R. Yo estudiaba arquitectura y trabajaba de delineante. Viví muy cerca la presentación de las tres películas históricas del cine gallego en 1989. En concreto Chano Piñeiro y Sempre Xonxa fueron para mi un ejemplo de perseverancia y de que se podía intentar hacer una película. Ahí estaba naciendo el cine gallego, y se puede decir que a partir de ahí inicio una trayectoria en paralelo.
P. Competía con Almodóvar o Icían Bollaín y ha marcado un hito al ser la primera película de animación que lleva un goya por el guión.
R. Solo con que la peli estuviese nominada en la categoría de mejor guión adaptado ya fue un gran paso. Parecía que nunca una película de animación podría llevar este premio pero el trabajo de hacer un guión es exactamente el mismo para una ficción que para una animación. Había una cierta resistencia y por eso ha sido muy importante romper esta barrera, y además recibir el reconocimiento en una categoría donde habia directores multipremiados como Almodóvar o Bollaín.
P. ¿En qué está trabajando ahora?
R. Voy a dirigir una tv movie que comenzaré a rodar en breve Todos os santos. Tengo otro largo pendiente, y también produciré Lume de cobiza, la adaptación al cine de una novela de Miguel Anxo Fernández. Además, espero que en primavera se pueda estrenar el documental Querida Gina, dirigido por Susana Sotelo y del que soy productor. Tengo depositadas en él muchas esperanzas para intentar regresar el próximo año a los Goya.
Otro premio que nació del cómic
Además de los dos Goya que consiguió el largometraje Arrugas, la animación gallega hizo pleno en los premios de la Academia. El cortometraje Birdboy, codirigido por el coruñés Alberto Vázquez y el vasco Pedro Rivero, se llevó el Goya al mejor corto de animación. El recorrido de este cortometraje que nació del cómic Psiconautas, publicado por este dibujante e ilustrador en 2005, ha sorprendido hasta a los propios directores: fue seleccionado en 160 festivales de todo el mundo y ha recogido 35 premios.
Birdboy tiene en común con Arrugas su origen en una historia de banda deseñada. "El libro tuvo una cierta repercusión para lo que es un cómic indie y Pedro Rivero, que ya tenía experiencia, mostró interés en él", explica el dibujante Alberto Vázquez, que colabora como ilustrador en diversas publicaciones, entre ellas EPS, la revista dominical de EL PAÍS.
Aunque la primera idea de Vázquez era tantear simplemente el sector audiovisual, este éxito le está animando a trabajar más en este terreno. “Estoy comenzando un nuevo corto y espero dirigirlo y animarlo e introducirme más en el mundo audiovisual”, avanza este dibujante que se formó en Bellas Artes y que reconoce que trabajó en este corto “totalmente gratis porque, si no, no se podría asumir”. En esta aventura de introducirse de pleno en el mundo audiovisual, Vázquez ha comprobado las carencias que existen en Galicia en la formación en el ámbito de la animación. “No hay escuelas y hay que buscarse la vida para explorar caminos”, explica sobre el proceso que está siguiendo con el trabajo de su nuevo corto, que combina con sus otros encargos profesionales. “A ver si es verdad que tener un Goya abre las puertas para el futuro, pues la idea es hacer un largometraje”, concluye.
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