“Mafias del Este usan correos humanos para meter cajetillas”

Si hace casi tres décadas los tabaqueros de la ría de Arousa abandonaron los cargamentos de tabaco por los del hachís y la cocaína, ahora la tendencia podría ser a la inversa. De hecho, agentes de Aduanas investigan el salto de bandas dedicadas al narcotráfico en Galicia que podrían estar preparando el regreso al negocio que tantas fortunas levantó en los años ochenta. “No descartamos que esto esté ocurriendo, que algunos estén intentando volver, aunque el sistema ya no es el mismo porque el tabaco no procede de EE UU como antes sino de China, y en lugar de planeadoras se utilizan contenedores, la misma infraestructura que están empleando para enviar los cargamentos de cocaína”, explica Gayá.

El jefe regional de Aduanas admite que es una situación paradójica. “Pudiéramos asistir a un salto a la inversa del narcotráfico al contrabando y esto era impensable hace pocos años pero las tendencias de la delincuencia organizada son difíciles de prever y aunque la situación económica incide de lleno también es proclive a que el mercado se inunda de mercancía de baja calidad, tanto droga como tabaco”, advierte Jaime Gayá.

En este nuevo escenario Rusia y Ucrania están compitiendo en la fabricación de tabaco de contrabando con unos stocks capaces de inundar el mercado europeo. Ya se están detectando envíos a Europa, incluso a Galicia, de estas cajetillas a través de correos humanos, un medio de transporte en auge.

También en mercantes

“Sabemos que hay mucho que exportar y las maletas de viajeros están resultando muy rentables para las mafias del Este, teniendo en cuenta que un correo puede introducir mercancía por valor de hasta 15.000 euros, incurriendo en una infracción administrativa, castigada con multa, pero no cometen delito lo cual facilita este tráfico”, apunta Gayá.

También se han interceptado otros medios de enviar tabaco de contrabando como es el caso de los mercantes. En un barco que recaló hace dos meses en el puerto de Marín se detuvo a un correo, un polizón provisto de artilugios como un GPS y un teléfono móvil para garantizar la entrega de la mercancía ilegal a los compradores gallegos. El caso lo está investigando un juzgado de Pontevedra. Aduanas niega que se hayan desmontado algunas bases de reconocimiento y las patrulleras para vigilar las costas gallegas estén bajo mínimos. “No se ha bajado la guardia en la represión de narcotráfico en Galicia, todo lo contrario”.