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Las grietas de la arquitectura

La emigración, alternativa para un sector asolado por la crisis

Vista de la Escola de Arquitectura de la Universidade da Coruña. / GABRIEL TIZÓN
Vista de la Escola de Arquitectura de la Universidade da Coruña. / GABRIEL TIZÓN

Los días en los que la arquitectura se veía como una profesión de prestigio y con proyección laboral quedan atrás. Las consecuencias de la crisis se han cebado con un colectivo que sufre, por un lado, la caída de la obra pública y, además, la falta de financiación que afecta a los particulares. Los efectos de la falta de encargos se hacen patentes en los grandes estudios y en los profesionales independientes. Los primeros se han visto abocados al cierre o al recorte drástico de sus plantillas. Los segundos ven reducidos sus ingresos. Muchos se mantienen en la actividad a la espera de que escampe, aunque hace ya meses que se han convertido en mileuristas.

No hay cifras oficiales porque abunda el trabajo por cuenta propia, pero desde el Colegio de Arquitectos en Vigo se indica que el porcentaje de paro puede estar en un 40%, más del doble de la tasa global de desempleo en Galicia. Ante esta situación, que no tiene visos de mejorar, muchos han optado por la emigración hacia países que están creciendo y que se aprovechan de la buena formación de los arquitectos que llegan de España. Prácticamente cualquier profesional con el que se hable en Galicia tiene varios amigos repartidos por el mundo.

Alguien que lleva más de 40 años en la profesión, el arquitecto compostelano Pedro de Llano, confiesa que nunca había vivido una situación igual. Hasta hace unos meses trabajaba en su estudio con otro arquitecto, pero la falta de actividad le ha obligado a quedarse solo. “No vivo de mi actividad como arquitecto, porque apenas tengo algún ingreso, sino de mi trabajo como profesor en la Escuela de Arquitectura. Es una situación terrible para el sector y no se ve una salida en el medio plazo, porque la administración ya a ha anunciado que no va a invertir en obra pública en los próximos dos años. El otro gran problema es la financiación, los bancos han cerrado el crédito”, explica De Llano.

La situación también es complicada en los grandes estudios. Consultora Galega, una empresa con sede en Pontevedra, más de 30 años de trayectoria y que se dedica a la elaboración de planes urbanísticos, ha reducido su plantilla de 26 a 16 trabajadores. Maribel González, una de las socias del estudio, explica que una de las causas de esta situación es los retrasos en los pagos por parte de sus principales clientes, los ayuntamientos. “Tenemos facturas pendientes desde hace más de un año”, indica González, quien considera que una de las medidas que deberían tomar la Xunta y el Gobierno central es facilitar que los ayuntamientos puedan pagar a sus proveedores. “Con los créditos del ICO no basta, porque muchos han tenido que usarlos para pagar la factura de la luz”, añade. Confía en “aguantar”.

La búsqueda de soluciones para el sector no parece sencilla. El presidente de la delegación del Colegio de Arquitectos de Galicia (COAG) en Vigo, Martín de Cominges, apunta que la situación es de “parálisis brutal” y muchos arquitectos, jóvenes y también veteranos, se están viendo obligados a elegir la vía de la emigración o a buscar alternativas laborales. “Es una barbaridad que estemos formando a buenos arquitectos aquí y tengan que irse fuera para encontrar un trabajo”, señala De Cominges, quien considera que la apertura del crédito sería una de las posibilidades de salvación para que los estudios que trabajan para particulares vuelvan a recibir encargos. “Hay personas que quieren rehabilitar su casa o construir una nueva, pero como no hay crédito no pueden hacerlo”, añade.

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