Una guitarra como sombra
El malagueño Rafael Aguirre actúa en el Carnegie Hall de Nueva York
Rafael Aguirre acaba de terminar la mudanza en Londres, donde tiene intención de fijar su residencia con su esposa, con la que se casó este verano. Atrás deja su estancia en la ciudad alemana de Düsseldorf, en cuya Universidad ha dado clases desde que tenía 24 años, nada más concluir en ella los estudios que comenzó a los 19 becados por la Junta de Andalucía. Ahora, con 27 años, Aguirre se dispone a comenzar una nueva etapa que, además de en la capital inglesa, espera discurra por otras capitales europeas, como París, pero sin descartar montar casa también en España.
En la última década, Aguirre (Málaga, 1984) se ha convertido en uno de los más aclamados embajadores de la guitarra española. Se ha alzado con más de una docena de primeros premios en prestigiosos concursos internacionales, como el Francisco Tárrega de Benicàssim —que después del de París es el más antiguo del mundo—, el Guitarras Alhambra de Alicante, o el Koblenz alemán.
Un palmarés que el pasado otoño redondeó haciéndose con el Pro Musicis Award 2011, un afamado premio al que solo pueden presentarse, previa selección y posterior invitación, artistas de reconocida trayectoria. El galardón distingue a músicos que demuestren una “excepcional capacidad técnica, una amplia formación clásica, una inusual capacidad para comunicarse con el público y una carrera internacional”. Desde que el reconocimiento se instauró en 1965, el malagueño es el cuarto guitarrista que lo consigue.
“Como parte del premio voy a tocar cerca de Harvard, en Cambridge, Boston y en el Carnegie Hall en Nueva York, no solamente a solo, sino con la chelista suiza Nadège Rochat, que es todo un talento y personalidad en su instrumento”, explica el músico desde su residencia londinense.
En EE UU le publicitan como el guitarrista español más galardonado
La fascinación de Aguirre con las seis cuerdas surgió bien temprano. A los siete años inició sus estudios de guitarra, formándose en el Conservatorio Superior de Málaga y en la Universidad Robert Schumann Hochschule de Düsseldorf.
“Tengo la suerte de tener unos padres estupendos que se han preocupado siempre de darme lo mejor en cualquier aspecto de mi vida y uno de ellos fue el introducirme en la música”, agradece. El artista recuerda que escuchaba junto a su hermano Marcos una cinta con la música de Pedro y el lobo de Prokofiev y asegura que se quedaba “totalmente ensimismado”.
Su abuela materna era cantante de ópera y sus padres han estudiado música igualmente, aunque no se dedican a ello profesionalmente. “Un niño necesita muchísima motivación por parte de los demás, porque esto de la música es una carrera muy larga. Aunque más que una carrera es una forma de entender la vida, donde la música es un eje principal que rige el resto de las cosas”, define el guitarrista, que actualmente completa su formación con un máster en la Royal Academy of Music de Londres.
Tras su laureada etapa por los mejores concursos internacionales, en Estados Unidos le promocionan como el guitarrista español con más premios de la historia, Aguirre se centra ahora en reforzar su faceta como solista en recitales. El empeño ya ha dado sus frutos vista la apretada agenda con la que comienza 2012 y que sigue la estela del pasado año, cuando visitó Perú, Brasil, Canadá e hizo dos giras por diversos estados de EE UU, además de dar numerosos recitales en Alemania y España.
Tiene cerradas actuaciones en el Concierto de Aranjuez en la Sala Chaikovski de Moscú, así como conciertos en la Filarmónica de Munich, el Konzerthaus de Viena, la Laeiszhalle de Hamburgo, el Herbst Theatre de San Francisco o el Palau de la Música de Valencia. Sus próximos conciertos en España son el 19 y 20 de febrero en la fundación Juan March de Madrid, así como en el Teatro de Las Lagunas en Mijas Costa (Málaga) el 25 de febrero. “Esta actuación me hace mucha ilusión porque allí es donde empecé a tocar el instrumento y es donde reside mi familia”, precisa satisfecho Aguirre.
El guitarrista también ha encontrado tiempo para grabar cuatro discos, uno de ellos con la prestigiosa firma Naxos y que fue prenomiando al Grammy Latino como Mejor Disco del Año 2008.
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