Las ‘estatuas’ humanas proponen evitar aglomeraciones

Que el Ayuntamiento de Barcelona traslade a las estatuas humanas de la parte central de La Rambla a Santa Mònica es condenarlas a desaparecer, como sucedio hace un par de años con los marionetistas. Así lo cree la asociación que agrupa a 23 de los artistas que allí trabajan. Fabián López, su portavoz, defendió el jueves en un pleno extraordinario del distrito de Ciutat Vella que se busquen otras soluciones, por ejemplo trasladar a las estatuas que más aglomeración generan a otros lugares, como la plaza de la Catedral o la del Pi.

La concejal del distrito, Mercè Homs (CiU), insistió en realizar el traslado para mejorar la movilidad en el paseo, una de las primeras decisiones del plan integral de reforma de La Rambla, el Pla Cor. Las estatuas dicen que en Santa Mònica no hay gente ni sombra suficiente para poder trabajar protegidos. Eso sí, se mostraron de acuerdo en pagar una tasa por ocupar el espacio público.

La oposición cargó contra Homs por considerar que la decisión no fue transparente ni consensuada. Según el PSC e Iniciativa, Rambla Viva, el órgano de participación del Pla Cor, fue utilizado como un subterfugio para tomar una medida impopular.