Los ambulatorios reducen en el 20% los consumidores de riesgo de alcohol

La atención primaria frena el alcoholismo. Los médicos que atienden en los ambulatorios reducen en el 20% los consumidores de alcohol de riesgo, según arroja el programa pionero de prevención del alcoholismo que aplican centros catalanes desde 2002.

El consumidor de riesgo ingiere grandes cantidades de alcohol de forma regular pero no es un alcohólico. "Aunque fácilmente puede llegar a serlo", ha explicado hoy el subdirector general de Drogodependencias de la Generalitat, Joan Colom.

Alrededor del 15% de las personas que visitan la atención primaria consumen niveles de alcohol que se consideran de riesgo. En la mayoría de casos, sin embargo, no lo saben y por tanto tampoco lo notifican a los facultativos. "Lo importante es que el facultativo esté formado para identificar si el paciente sigue esta pauta peligrosa", ha señalado Colom.

El alcohol causa unas 20.000 muertes al año en España, lo que supone un gasto de 3.800 millones

Para evitar estas situaciones de riesgo, los facultativos que atienden en la atención primaria aprovechan las visitas ordinarias de pacientes para aconsejarles de que reduzca los niveles de consumo. Desde el 2002, la Generalitat ha formado a más de 500 profesionales en la detección precoz y el tratamiento del alcoholismo en los ambulatorios, además de distribuir miles de guías orientativas para facultativos y usuarios.

Así lo establece el proyecto europeo ODHIN, liderado por el Departamento de Salud y el Hospital Clínic. Este programa investiga fórmulas para optimizar estrategias en la atención primaria para una detección precoz y la posterior orientación de los pacientes que beben demasiado.

Los expertos consideran consumo de riesgo distintas variantes: más de 28 unidades de bebida estándar (UBE) por semana o 6 UBE en una misma jornada para los hombres; y 17 UBE semanales o 5 en el mismo día para las mujeres. Un UBE equivale a una caña de cerveza o un vaso de vino, mientras que un combinado o una copa de licor equivaldría a dos UBE. Consumir más de tres copas de licor al día, por ejemplo, supone un consumo de riesgo.

"La detección en la atención primaria es muy rentable por los gastos que se ahorran en el futuro", señala un experto

Con unos breves consejos del doctor en atención primaria, alrededor del 20% de estos consumidores de riesgo reducen los niveles de bebida en alrededor del 20%, lo que sitúa el consumo de alcohol por debajo del umbral de peligro. Ello evita que en el futuro el paciente se convierta en un alcohólico y desarrolle enfermedades relacionadas con el alcohol. Al menos 60 patologías distintas están relacionadas con el alcoholismo, ha señalado Colom.

"Con una conversación en la que el médico le pregunta de manera cordial cuál es su consumo y le transmite unas reflexiones, la mayoría de consumidores de riesgo salen de la consulta con la idea que tienen que modificar sus pautas", ha destacado, el jefe de la Unidad de Adicciones del Hospital Clínic, Antoni Gual. "Por ello la detección y orientación en la atención primaria es muy rentable por la poca inversión que supone y por los gastos que se ahorran en el futuro", ha subrayado Gual.

Esta intervención funciona para un consumidor que no ha desarrollado una conducta altamente adictiva y que todavía no padece enfermedades derivadas del alcohol. Para casos más severos, en los que hay problemas sociales y económicos asociados, se requiere de otro tipo de aproximación.

Después del tabaco, el alcohol es el segundo factor de riesgo de desarrollar enfermedades y provoca cada año unas 20.000 muertes en España, 3.400 de ellas en Cataluña. Ello supone una factura anual para la sanidad de unos 3.800 millones de euros.