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Puente musical hacia la paz del israelí Idan Raichel

Desde su piano, Raichel dirigía a una orquesta formada por un grupo de músicos que demostraron su virtuosismo

La música puede servir para algo más que para entretener o hacer pasar un buen rato. A veces incluso se llega a utilizar para que dos pueblos enfrentados comiencen a entenderse y esto es lo que intenta hacer el músico israelí Idan Raichel, que ofreció en la noche del sábado en Santiago un espectáculo con el que tratar de borrar fronteras. Cerca de 300 personas se acercaron al Auditorio de Galicia para disfrutar de casi dos horas de música en la que se entremezclaron ritmos, lenguas y tradiciones culturales.

Desde su piano, Raichel dirigía a una orquesta formada por un grupo de músicos que demostraron su virtuosismo a lo largo de toda la noche. El israelí demostró una gran generosidad dejando que cada uno de ellos se luciese y permaneciendo en un segundo plano, aunque su voz y su piano también brillaron con luz propia. Su agradecimiento le llevó a presentar hasta tres veces a los miembros de la banda, citados en cada oportunidad para provocar los aplausos del público.

Elementos del jazz, ritmos africanos y música tradicional árabe e israelí se mezclaron a lo largo de un concierto en el que se escucharon temas en español, inglés, árabe y hebreo. Hubo canciones interpretadas con un mínimo acompañamiento, y otras en la que todos los instrumentos de la banda sonaron al tiempo con gran armonía. El momento más emocionante llegó con la presencia de la cantante lucense Najla Shami, de origen palestino, que cantó un tema en árabe dedicado a su padre.

Protestas

Además de mostrar las cualidades de su voz, la presencia de Shami fue la mejor demostración de que la música puede servir como lugar de acercamiento para una guerra que ya dura más de medio siglo. Un israelí y una palestina pudieron actuar juntos casi sin ensayar previamente y con un resultado que dejó al público más que satisfecho.

La cantante titular del grupo, la judeo-etíope Cabra Casay, también dejó constancia de sus cualidades vocales y de su facilidad para cantar en diversos idiomas. Antes del concierto una decena de activistas del grupo BDS-Galiza protestaron por la presencia de Raichel en Galicia. El propio artista conversó con ellos para tratar de explicarles la filosofía de su gira. Le escucharon pero al parecer no le entendieron, aunque la protesta quedó como una anécdota en una noche de música por la paz.

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