'Piel de Gallina': escenas extremas repletas de poesía y denuncia social

Piel de Gallina. Es el efecto que pretende recrear en el observador la artista guatemalteca Regina José Galindo con sus creaciones. “Esa alteración del ánimo intensa y pasajera, agradable o penosa, que va acompañada de cierta conmoción somática”. De ese modo, potencia la carga alegórica de todo lo que hace. Y hace de todo. La exposición que se exhibe desde hace dos semanas en el ARTIUM, Museo Vasco de Arte Contemporáneo, es buena muestra de ello.

La muestra se organiza en torno a cinco espacios que integran fotografías, vídeos y objetos relacionados con una treintena de performances que se remontan a los inicios de esta artista, en 1999. Todos los elementos están cargados de un extraordinario simbolismo.

La artista somete su propio cuerpo a situaciones extremas como reflejo de una realidad social de abusos e injusticias.

En el primer espacio la protagonista es la palabra y los conceptos solo existen si son enunciados. La poesía está presente en las paredes y en uno de sus primeros videos, Lo voy a gritar al viento, en el que recita sus poemas colgada de un puente de la ciudad de Guatemala y después los lanza al aire.

En la segunda sala Regina Galindo reivindica que un artista debe implicarse en sus creaciones hasta el punto de someter su propio cuerpo a situaciones extremas como reflejo de una realidad social de abusos e injusticias. Se coloca en la piel de “el otro”. Diversos videos registran algunas de sus performances más memorables. Destaca la que realizó estando embarazada de ocho meses: Mientras, ellos siguen libres. Galindo permaneció atada y tumbada en una cama para recordar a las mujeres en estado violadas durante el genocidio indígena guatemalteco de los años 70 y 80.

En la inauguración, Galindo se encerró en un refrigerador mortuorio para que los asistentes contemplasen el proceso de transformación hacia la piel de gallina.

La melancolía y el duelo presiden el tercer espacio de Piel de Gallina. Aquí se proyectan algunas de las obras más descarnadas de Regina Galindo. Hay imágenes muy explícitas. La tortura, el sufrimiento, la muerte, encuentran aquí su lugar para no ser ignoradas.

La cuarta sala, que actúa como espacio central, reproduce ¿Quién puede borrar las huellas?, un video en el que la artista camina a pie desde la Corte de Constitucionalidad hasta el Palacio Nacional de Guatemala descalza, dejando huellas de sangre en el pavimento. Esa performance le valió el León de Oro de la Bienal de Venecia en 2005.

La performance que inauguró la exposición fue una buena muestra, en directo, de lo que Regina José Galindo es capaz de hacer. La creadora se encerró en el interior de un refrigerador mortuorio. Los asistentes podían abrirlo y contemplar el proceso de transformación de su piel, provocado por el frío. Su cuerpo entero con Piel de Gallina.