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Loquillo: “La mayor incorrección política es ser uno mismo”

El cantante Loquillo llega a Valencia con 'A solas', una gira por teatros donde presenta 'Su nombre era el de todas las mujeres', un disco con la poesía de Luis Alberto de Cuenca

Loquillo presentará en Castellón y Valencia 'A solas', una gira por teatros donde toca su último disco, 'Su nombre era el de todas las mujeres'
Loquillo presentará en Castellón y Valencia 'A solas', una gira por teatros donde toca su último disco, 'Su nombre era el de todas las mujeres'JOSÉ MARÍA TEJEDERAS CHACÓN

“Mi incorrección se basa en, tal y como están los tiempos, hacer una gira por teatros, apostar por la belleza, reivindicar la poesía contemporánea y no ofrecer un espectáculo enlatado”, afirma convencido Loquillo, “pero, de siempre, la mayor incorrección política es ser uno mismo”. El roquero no se conforma con cantar que el Mediterráneo le horroriza o que el multiculturalismo es un nuevo fascismo, “solo que más hortera”. Su discurso es un motor imparable de frases concisas que acaban en preguntas retóricas. La situación actual de los músicos, la memoria histórica o la política de Cataluña. Nada se le escapa a este artista que pasará el domingo por Castellón y el lunes por Valencia. Actuará en teatros de estas ciudades para ofrecer su gira A solas, donde presenta toda su obra en solitario y su último disco, Su nombre era el de todas las mujeres.

En esta ocasión, ha limado su actitud de rocanrol para ofrecer un espectáculo más íntimo y sosegado con adaptaciones de la poesía de Luis Alberto de Cuenca o retomando viejos temas de Octavio Paz, Gil de Biedma o Mario Benedetti: “El cambio de una gira con éxitos de Trogloditas y Los Intocables a este no me implica demasiado esfuerzo porque son dos vertientes muy claras y las llevo por separado. En esta es donde soy más yo y el disfrute es mayor”, resume.

"La crisis músical servirá para que queden los que ofrezcan algo nuevo"

Este perfil de trovador, que inició con La vida por delante (1994), se ha ampliado gracias a la existencia, según indica, de poetas “vivos” que nacieron “con la cultura del rock”, como De Cuenca. Una pieza clave que lo distingue de los viejos juglares y de los cantautores nacionales que han recurrido al cancionero popular para sus discos: “Este es un álbum de fin de siglo, de entreguerras, porque tanto Luis Alberto como yo somos tipos crepusculares”, indica el cantante, “que desarrollamos una tradición muy antigua pero con la diferencia de que manipulamos algo orgánico: Lluis Llach o Paco Ibañez no pudieron hablar con Machado o Miguel Hernández, por ejemplo”.

Loquillo asegura que, “tal y como están las cosas”, esta gira es “un acto de fe”: “Nuestra suerte es contar con un público fiel de muchos años, pero los nuevos artistas lo tienen muy crudo”. “Estamos en un momento en el que parece que ha caído un bomba atómica. La piratería y las multinacionales están destrozando el negocio, y el artista independiente lo tienen seriamente difícil”, alega, “además, hay un fenómeno muy curioso y es que los indies quieren ser mainstream y los artistas de masas quieren ser independientes”, explica. ¿La solución? “Yo creo que al final quedarán los mejores, los reales, los que tengan algo que ofrecer”.

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La coyuntura actual también le invita a hablar sobre los escándalos con los derechos de autor y las críticas recibidas por participar con un poeta que fue secretario de Cultura con el expresidente José María Aznar: “Me parece bochornoso. Es de una izquierda guerracivilista y estalinista brutal. ¿Me hubieran llamado comunista si escojo poemas de Luis García Montero?”, se pregunta, “en cualquier caso, el sectarismo apesta”.

Sin dejar de lado la situación política- “Es como lo que están haciendo con Garzón, que, independientemente de mi opinión sobre él, es vergonzoso”- a Loquillo le preocupa el futuro de la industria: “La cultura a dedo se ha acabado. Hay que empezar a inculcar el valor del esfuerzo y acabar con la creación de héroes mediáticos que viven del morro”, indica el roquero. “El artista verdaderamente independiente es el que no pide subvenciones. Y lo que antes aportaban las radiofórmulas está agotado. Ahora no ofrecen la realidad musical del país, y se van a ir todas a hacer puñetas cuando la gente se dé cuenta de que les están confundiendo. Fíjate, por ejemplo, en el Rock in Rio: no hay ni rock ni río”, declara irónico.

"Lo divertido es que yo siempre he sido incorrecto para todos"

Su última controversia fue asegurar que Barcelona se estaba convirtiendo en una ciudad provinciana. Loquillo, fiel a su tierra aunque esta vez pasee en sus letras por la Castellana o transite bares salmantinos, sigue manteniendo su postura: “La nostalgia del disco se refiere a lugares que no existen, calles que ya no podemos pisar”. “Y Cataluña ahora mismo es acojonante. La política del Gobierno catalán de mantener a los que ellos quieren es brutal. Fíjate, el último en irse ha sido Félix de Azúa, ¡uno de nuestros más grandes intelectuales!”, protesta con vehemencia.

No obstante, este clásico del rock and roll mantiene su postura clara sin abandonarse al pesimismo. Loquillo aguanta firme después de décadas de “absoluta libertad personal” y de registros que van desde el jazz a la chanson française y no solo no se retira sino que emprende nuevos proyectos. Acaba de rodar una serie de televisión sobre el mundo de las motos tipo Chopper, y en marzo comienza un nuevo proyecto con Sabino Méndez después de varios años distanciados. “Lo más divertido de todo”, señala Loquillo, “es que siempre he sido incorrecto para todas las partes. En definitiva, España es un país tercermundista. No, peor. Es un país residual”. Ahí queda eso.

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