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Obreros de Navantia emprenden una caminata de tres días para pedir trabajo

La protesta recorre el trayecto entre los astilleros y A Coruña recabando apoyos de los alcaldes La marcha desembocará mañana en una gran manifestación ante la Delegación del Gobierno

Delegados sindicales de Navantia parten del astillero ferrolano en peregrinación a A Coruña para pedir carga de trabajo.
Delegados sindicales de Navantia parten del astillero ferrolano en peregrinación a A Coruña para pedir carga de trabajo.KIKO (EFE)

La crisis está haciendo una sangría salvaje en el naval gallego. Mientras los astilleros privados de Vigo acumulan suspensiones de pagos y un número dramático de despidos, a los públicos de la ría ferrolana les queda un suspiro para agotar el trabajo sin que lleguen nuevos pedidos.

 Un centenar de delegados sindicales de Navantia Ferrol y Fene iniciaron ayer una caminata de tres días y 60 kilómetros hasta A Coruña para exigirle al Gobierno central nuevos contratos militares y un dique flotante para reparar grandes buques. La protesta partió del astillero ferrolano a primera hora de la mañana, pasó por la antigua Astano y atravesó Fene, Cabanas, Pontedeume y Miño recabando el apoyo de sus regidores como una serpentina de chalecos reflectantes.

Hoy continuarán hasta Oleiros para desembocar el jueves en una gran manifestación ante la sede coruñesa de la Delegación del Gobierno en Galicia, a la que se sumará el grueso de la plantilla, directa y auxiliar, que se desplazará en 60 autobuses.

Al delegado del Gobierno, Samuel Juárez, el comité de Navantia le va a exigir que cumpla con la promesa socialista de contratar una sexta fragata F-100, comprometida tras la última reconversión de 2004. También reclaman el dique para reparar grandes buques, una demanda unánime de políticos y sindicatos de la comarca que coleó lo suyo durante la campaña electoral de noviembre pero que no han concretado ni la Xunta ni el nuevo Gobierno.

En la ría peligran 6.000 empleos ligados directamente al naval y otros 12.000 asociados. El macrocontrato con Australia llega a su fin este verano y otras marinas extranjeras han congelado los concursos para modernizar su flota a los que aspiraba Navantia, que se queda sin opciones. Los sindicatos llevan años reclamando sin éxito al Gobierno que se implique directamente en la negociación diplomática de los contratos.

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