Condenado a 16 años de cárcel el hombre que asesinó a su pareja en Salt
La sentencia reconoce que el noviazgo de víctima y verdugo “hace más reprochable el crimen” pero no aplica agravante de parentesco
La Audiencia Provincial de Girona ha condenado a 16 años de cárcel a José Luis Terrones por causar la muerte a navajazos a su novia en Salt (Gironès) en junio de 2010. Un jurado popular declaró a Terrones culpable de un delito de asesinato y descartó que el hombre sufriese un trastorno mental –permanente o pasajero– como sí arguyó la defensa. La magistrada ha seguido las instrucciones del tribunal popular y ha dictado una condena menor que la solicitada por el fiscal (20 años) al aplicar una circunstancia atenuante de confesión. Terrones llamó a Emergencias para avisar de que había matado a Mónica González, que tenía 32 años cuando murió.
La magistrada que ha dictado la sentencia ha rechazado la petición del fiscal y la acusación particular de aplicar a la condena una circunstancia agravante de parentesco. Terrones y González salían juntos desde hacía ocho meses, pero no convivían y solo se encontraban los fines de semana, ya que el hombre vivía en Mataró (Maresme) y ella en Salt. La agravante de parentesco solo se puede aplicar en aquellas “relaciones de afectividad estables y que guarden analogía con la relación matrimonial”, dice la sentencia. Sí tiene en cuenta la magistrada que ese vínculo afectivo “hace más reprochable” el crimen por el “desprecio que hacia esa relación se demuestra”, por lo que el impone una pena de 16 años, uno más que el mínimo establecido por ley en este caso.
La pareja tenía pensado trasladarse a vivir a Badajoz, donde Terrones posee una casa. El 6 de junio de 2010 ambos salieron a cenar y, como de costumbre, el hombre llevó en coche a la víctima hasta su casa. Sobre las cuatro de la madrugada aparcó su vehículo y ambos se dirigieron a un patio que daba entrada al domicilio de González. Una vez allí y tras una discusión “acalorada”, según el fiscal, Terrones le asestó varios navajazos en el cuello, el labio, el brazo y el tórax. La víctima calló al suelo al instante y falleció por las heridas causadas con un arma “extremadamente afilada”, según un mosso d'Esquadra que acudió al lugar del crimen. El hombre condujo hasta Mataró, se cambió de ropa y llamó para confesar el asesinato.
Ni la familia de la víctima ni la del asesino supieron explicar qué llevó a Terrones a matar a la que era su novia y con la que mantenía “una buena relación”, según los familiares. Él se limitó a decir que “la quería mucho”. La magistrada le condena a indemnizar con 100.000 euros a la familia de González.
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