La victoria de Rubalcaba da mucho oxígeno a Alarte para su reelección
La derrota de Chacón es un serio revés a un eventual frente contra el líder del PSPV-PSOE
Caras felices y caras largas. La reñida elección de Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general del PSOE frente a Carme Chacón repartió de forma desigual las sensaciones entre los integrantes de la delegación valenciana, que acudió dividida al 38º Congreso Federal en Sevilla. El resultado da mucho oxígeno al secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, cuyos seguidores se batieron en minoría para apoyar a Rubalcaba, y supone un serio revés para el intento de aglutinar en torno a la opción de Chacón un frente de corrientes diversas, como el lermismo, los restos del ciscarismo, Izquierda Socialista o los seguidores de Leire Pajín, contra su reelección en el congreso del País Valenciano de finales de marzo. Esa que en la jerga interna se conoce como “la mesa camilla” fue la gran derrotada en Sevilla.
Alarte se mostró muy satisfecho del triunfo de Rubalcaba, que ya en las reuniones previas al congreso con los delegados expresó claramente su opinión de que el PSPV-PSOE “necesita estabilidad”. “Es un resultado muy positivo para los socialistas valencianos”, señaló el dirigente, que eludió hacer comentarios sobre la situación interna del partido más allá de apuntar que “habrá cambios” en el paisaje de un enfrentamiento de todos contra él como el que algunos habían vaticinado.
Rubalcaba cree que el PSPV-PSOE “necesita estabilidad”
Recuperar la estructura comarcal
El líder de los socialistas valencianos se reunió anoche con Rubalcaba. Alarte le transmitió su idea de volver a cambiar la organización dentro del PSPV-PSOE para recuperar la estructura comarcal. El nuevo secretario general del PSOE no puso ningún obstáculo y le instó a organizar el partido en la Comunidad Valenciana como estimara conveniente, según fuentes socialistas.
El alcalde de Morella y diputado Joaquim Puig, gran valedor de la candidatura de Carme Chacón y del movimiento interno que llevó a la delegación valenciana a apoyar mayoritariamente a la candidata derrotada, asumió tras el resultado que el PSPV-PSOE ha ofrecido una imagen de debilidad, reconoció que la actitud que adopte la ejecutiva federal que ahora encabeza Rubalcaba “tendrá su influencia” de cara al próximo congreso de los socialistas valencianos y se mostró partidario de “un ejercicio de autocrítica y reflexión colectiva” para tratar de ver “si hay alguna posibilidad de superar el frentismo”.
De ese frentismo se desmarcó explícitamente Francesc Romeu, cuyo grupo de nueve delegados se decantó a primera hora de la mañana por Rubalcaba, lo que le dio pie a reivindicar su papel, “si no decisivo, sí muy importante” en la elección. Entre los opositores a Alarte, era el único contento precisamente porque optó por una vía propia en su aspiración a disputar la secretaría general del PSPV-PSOE. “Tanto Ximo Puig como Leire Pajín han quedado muy tocados”, señaló Romeu, que añadió que “la mesa camilla auspiciada por Lerma, Ciscar o la FSP ha quedado muy desvirtuada”. “Es muy importante que haya sintonía con la dirección federal”, reflexionó, “pero el País Valenciano ha de ser capaz de decidir su propio futuro”.
La composición de la primera ejecutiva de Rubalcaba era anoche el gran asunto en el congreso. La presencia de dirigentes valencianos en ella era una incógnita salvo en el caso de Inmaculada Rodríguez-Piñero, diputada por Valencia, cuya incorporación a la dirección del PSOE se consideraba probable. “Rubalcaba tiene una idea de España y un proyecto de partido”, dijo, sin disimular su satisfacción. “Con su apoyo, tenemos que hacer un proyecto creíble para la sociedad valenciana”.
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