Currin propugna legalizar Sortu para llevar el diálogo a un nuevo Parlamento
Los partidos consultados ven importante la participación de las instituciones
La nueva misión de Brian Currin ya ha dejado, en sus conclusiones, el próximo objetivo a cubrir: la legalización de Sortu para que así se puede abordar un proceso de diálogo en favor de la paz en un nuevo Parlamento vasco. La idea, como era de esperar, tiene el pleno refrendo de la izquierda abertzale y, de manera colateral, del PNV. En este caso, las conversaciones del grupo de mediadores han tenido menos eco, sin duda, que la radiografía de situación de los verificadores internacionales.
Los ‘abertzales’ plantean buscar un acuerdo democrático incluyente
Como se prevía, al abandonar Euskadi, el grupo de Currin ha emitido un comunicado a modo de balance de sus contactos con la mayoría de los partidos ya que el Gobierno, el PP y UPyD siguen siendo refractarios porque les ven excesivamente dependientes de la izquierda abertzale. Como principal conclusión, entienden que se debe poner en marcha “un proceso de diálogo resolutivo” que corresponde a los partidos e instituciones vascas. Pero, claro, en la actual legislatura “no todos los sectores políticos están representados” en una directa alusión a la ausencia de la antigua Batasuna y por eso todo proceso que comenzara ahora “tendría una carencia de legitimación”. Por todo ello, desean que Sortu sea legalizado “en un plazo lo más corto posible” y pueda presentarse a las próximas elecciones.
El grupo de Currin se compromete a seguir “alentando” a los partidos en este sentido y que sus miembros están “a su disposición para asesorar o ayudar si son requeridos”.
A buen seguro que la izquierda abertzale no dudará en requerir su presencia una vez que ayer alabara su trabajo. La antigua Batasuna ha agradecido “el esfuerzo y trabajo” de este grupo. De manera preferente, los abertzales apuestan por una futura reunión entre todos los partidos vascos sobre paz y normalización para alcanzar un acuerdo democrático "incluyente”.
En otra nota, EA da un paso más grande porque plantea la necesidad de constituir dos mesas, una de ellas sería la denominada técnica, en la que los Gobiernos español y francés establecerían un diálogo con ETA sobre presos y desarme, mientras que la segunda sería política, con todos los partidos para formar un nuevo marco jurídico con consulta a la ciudadanía”. En cuanto a Aralar, han transmitido al grupo de Currin “la necesidad de que en la mesa de partidos estén todos los agentes políticos de Euskal Herria”.
Urkulla habla de que se exige trabajo “fino, delicadeza y discrección”
En cuanto al PNV, su posición también pasa por el trabajo en el Parlamento, pero no ve necesidad alguna de esperar sino de conseguir un trabajo “incluyente”. Así lo dijo ayer Iñigo Urkullu, su presidente, al señalar que la izquierda abertzale ilegalizada mantendrá contactos con el grupo de Currin, que, sin embargo, “tiene dificultades para estar” con el PP.
A pesar de los comentarios vertidos en torno a esta nueva visita de Currin, Urkullu negó que en su cita se hablara de crear una mesa de partidos. La coincidencia general fue en destacar que las instituciones participasen en el diálogo porque son “las que representan la voluntad de la ciudadanía”.
Por adelantado, aseguró que el PNV “no va entrar en competición con ninguna formación política para ver qué idea se le ocurre que sea mejor que la que otro partido político haya puesto encima de la mesa”. A juicio de Urkullu, se pretende “un proceso incluyente y que no caigamos en riesgos” para precisar que se trata de “un proceso complicado, que exige un trabajo fino, delicadeza y discreción”, advirtió.
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