Ilustre busca panteón
La propuesta del Consello da Cultura para regular la gestión y ampliar el mausoleo de Bonaval lleva un año sin respuesta, pero el PP asegura que está trabajando en ello
“El tema no está en absoluto dormido, varios miembros del PP en el Parlamento están trabajando en ello, pero requiere discreción porque es delicado”, asegura el portavoz del partido en la Cámara, Pedro Puy. La oposición, mientras tanto, aguarda. Y el Consello da Cultura Galega ha transmitido ya su “desconcierto”, según fuentes de la oposición parlamentaria. Por estas mismas fechas del año pasado, el Consello, presidido por Ramón Villares, impulsó junto con la Real Academia Galega y las fundaciones Rosalía de Castro, Castelao y Alfredo Brañas la propuesta de ley para regular la gestión y ampliar el que pasaría a llamarse Panteón de Galicia. Según este texto, el mausoleo anexo al Museo do Pobo Galego, en Bonaval, actualmente en manos de la Iglesia compostelana (que recientemente ganó un pleito de un siglo y despojó al Ayuntamiento de Santiago de un recinto del que era titular desde la Desamortización), debería ser responsabilidad del Parlamento.
Habría un consejo compuesto por personas propuestas por los diputados, pero también por el consistorio, el Consello da Cultura, las tres universidades, la Iglesia, la Academia y otras instituciones. Se presentarían y debatirían propuestas de nuevos gallegos ilustres entre los personajes fallecidos hace al menos 25 años, y estas sugerencias podrían surgir del pueblo. Habría nuevas inhumaciones (ahora solo hay seis, por orden de llegada: Rosalía, Brañas, Asorey, Cabanillas, Domingo Fontán y Castelao), cenotafios o monumentos funerarios sin difunto y un gran Memorial do Panteón de Galicia que recogería los nombres y las probablemente las hazañas en pro del país de diversos hijos de la tierra. En caso de no poderse habilitar (por trabas institucionales o por imposibilidad física) para este fin el actual panteón, tendría que buscarse otro recinto, quizás de nueva creación pero también en Santiago, puntualiza el documento, que se convertiría en símbolo de Galicia con rango comparable al de la bandera o el himno.
Villares entregó su propuesta a Pilar Rojo, y la presidenta del Parlamento se la remitió a los grupos. A principios de verano, el BNG lanzó su propia iniciativa, que defendía negociar con la Iglesia hasta lograr la titularidad pública del actual panteón y descartaba engrosar la nómina de ilustres enterrados. El PP votó en contra y el PSdeG se abstuvo. Los dos grupos manifestaron que preferían tomar como base el texto del Consello da Cultura.
Puy hace hincapié en que el tema no está parado aunque “va lento” porque implica a muchas instituciones. Pero no da más pistas. Sin embargo, el PP y alguna institución implicada albergan la idea remota de acrecentar el Panteón de San Domingos de Bonaval y ha posado los ojos en el parque anexo del mismo nombre, de unos 45.000 metros cuadrados, que es propiedad municipal y antes de la reforma llevada a cabo por el arquitecto Álvaro Siza y la paisajista Isabel Aguirre era un camposanto. Hoy todavía conserva varias estructuras de nichos.
"La Iglesia tiene el hisopo por el mango", advierte el diputado Francisco Cerviño
Representantes del grupo parlamentario, según distintas fuentes, estarían tanteando a los titulares del monasterio y de la zona verde, Iglesia y Ayuntamiento, con la idea de convertir el conjunto en un espacio memorial que materializase la propuesta de ley del Consello, aunque a corto plazo no se toca el tema de los nuevos enterramientos. Otra parte interesada con la que habría que tratar sería el propio Siza, que en su momento ni tan siquiera accedió a que se instalasen bancos y papeleras en su parque de diseño.
Los autores del proyecto de ley sugerían empezar a llenar ese espacio para la memoria y el orgullo patrio con los nombres que sugería en su Alba de Groria Castelao. Aquella santa compaña celestial descrita en el discurso por el último ilustre que tuvo cabida, en 1984, en el Panteón, juntaba en la misma escena a personajes históricos como Prisciliano, que encabezaba la comitiva. Le seguían, entre otros, Teodosio, san Pedro de Mezonzo, Xelmírez, el maestro Mateo, Bernaldo de Bonaval, Airas Nunes, Meendinho, Xohán Airas, Martín Codax, Paio Gómez Chariño, Macías, Pedro Madruga, el mariscal Pardo de Cela, Vasco da Ponte, Rui Xordo, Casas Novoa, Murguía, Concepción Arenal, Pardo Bazán y Valle.
El diputado socialista Francisco Cerviño defiende que “cuando se decide sobre los símbolos, debe existir consenso entre los tres grupos”. Comenta que su grupo no descarta hacer su particular propuesta de ley, y está esperando a ver lo que anuncia el partido de Feijóo, aunque el PSOE no ha tenido hasta ahora noticia de que se haya dado ningún avance en las negociaciones, principalmente con la Iglesia, “que tiene el hisopo por el mango” y a la que es preciso solicitar una serie de permisos para cada evento. Según Cerviño, la Xunta debe enmendar el acuerdo de uso escasísimo al que llegó con el Arzobispado, “una auténtica prosternación ante la Iglesia”. El diputado defiende que debe existir la opción de nuevos enterramientos. “Serían contados”, pero entre los personajes fallecidos en los últimos tiempos, “Díaz Pardo, por sus servicios al país, por su inmensa labor por Galicia, es un caso claro”.
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