“Mas ha vuelto con las manos vacías”

“Insatisfactoria”, “poco fructífera” y sin “compromisos concretos”. Así han valorado los partidos de la oposición la reunión que ayer en La Moncloa sentó, por primera vez, al presidente de la Generalitat, Artur Mas, con el nuevo presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy. Todos los grupos han coincidido en criticar la actitud complaciente del líder catalán que los partidos ven como una “ofensiva contrarreformista” y “recentralizadora”, en aspectos como la gestión aeroportuaria, en la reforma de la ley del aborto, la supresión de la asignatura de Educación para la Ciudadanía o en la recuperación de temas a los que se había dado carpetazo, como el Plan Hidrológico Nacional.

El portavoz de los socialistas, Jaume Collboni, ha censurado que todas estas reformas se hagan "con el silencio cómplice de CiU”. El PSC interpreta que la falta de exigencias de Mas se debe a que su Ejecutivo está “atado de pies y manos”, ya que depende de los votos de los populares para aprobar todas las leyes de calado en Cataluña. Los socialistas ven en la reunión de ayer una repetición del pacto del Majestic que en 2000 firmaron José María Aznar y Jordi Pujol. “Ayer Cataluña y España vivieron su particular día de la marmota [que se celebra el 1 de febrero] con una foto que recuerda la del año 2000”, ha terciado Collboni.

Los socialistas también han criticado la resignación con que CiU ha aceptado que el Gobierno central no fije un calendario para el pago de las deudas que tiene comprometidas con la Generalitat, como los 759 millones en concepto de infraestructuras pactadas, que incluye la Disposición Adicional Tercera del Estatuto. Collboni ha reprochado a Mas su falta de exigencia con Rajoy, actitud que contrasta con las exigencias al anterior Ejecutivo socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. “En otros momentos habría izado todas las banderas nacionalistas”, ha añadido Collboni.

El líder de ICV-EUiA, Joan Herrera, ha calificado de “pacto de sangre” la reunión mantenida ayer por los dos líderes, en que se comprometieron a apoyarse mutuamente en las medidas de recorte del gasto público. Para Herrera, los recortes fueron el tema central del encuentro, dejando al margen aspectos que afectan a Cataluña. “De pacto fiscal, nada. De políticas neoliberales, todo”, ha criticado el ecosocialista.

También ha sido muy crítico el presidente de Ciutadans (C's), Albert Rivera, que ha opinado que el encuentro sirvió para consolidar la ppvergencia. “No fue una reunión fructífera para los ciudadanos, pero sí política para los dos partidos”, ha terciado Rivera. Para Uriel Beltran, de Solidaritat, el presidente catalán volvió “con la cola entre las piernas” de la cumbre, que tuvo un resultado “insatisfactorio”. Por su parte, Esquerra (ERC) sigue manteniendo su tono de crítico bajo al Gobierno y ve al líder del Ejecutivo catalán como una víctima. “Mas ha vuelto de Madrid engañado”, ha valorado el presidente de los republicanos, Oriol Junqueras, quien sí ha reprochado a Mas que "dé confianza a quien no la merece [en referencia al PP] y no se la ha ganado en ningún momento". Junqueras ha instado al presidente catalán a dar un giro nacionalista a sus políticas y ha vuelto a ofrecer el apoyo de su partido en ese momento.

Un balance totalmente diferente de la reunión hacen el PP y CiU. Para la presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, el encuentro ha servido para fijar las bases de una relación basada en “la confianza mutua, la lealtad y la colaboración”, ha apuntado la líder de los populares en una entrevista en Catalunya Ràdio. Desde CiU, el diputado Ramon Espadaler ha querido puntualizar que el objetivo de la reunión con Rajoy no era obtener “negociaciones concretas”, sino que se buscaba plantear asuntos como la necesidad de las reformas estructurales necesarias, en especial la reforma laboral, las medidas de austeridad en la Administración y de la contención del gasto público y la importancia del pacto fiscal.