Botella saluda al sueño olímpico
La alcaldesa se reúne con el equipo de la candidatura Madrid 2020, que la semana que viene presenta su logotipo y en mayo se enfrenta al primer corte
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, se ha reunido esta mañana por primera vez con el equipo de candidatura Madrid 2020 en la sede del Ayuntamiento del Palacio de Cibeles. Ha sido un encuentro institucional pero con ese carácter privado, casi de cara a cara, con el que se siente cómoda la nueva regidora. Botella ha conocido personalmente al equipo, pero no les ha dirigido unas palabras como alcaldesa ni ha ofrecido luego una rueda de prensa a los medios.
El anterior regidor, Alberto Ruiz-Gallardón (del Partido Popular), presentó en julio oficialmente el tercer intento de Madrid para hacerse con unos Juegos Olímpicos, tras la derrota de la candidatura de 2012 (ganó Londres) y 2016 (ganó Río de Janeiro). Lo hizo con constantes llamadas a la austeridad, y el compromiso de rebajar “al menos” a la mitad el coste respecto a los intentos anteriores y de no invertir ni un euro en infraestructuras (según dijo, el 78% ya están listas) hasta conocer la decisión del Comité Olímpico Internacional el 7 de septiembre de 2013 en Buenos Aires.
“Estamos hablando de un proyecto que se va a producir en el verano de 2020. (…) Para esa época habremos superado la crisis y estaremos en condiciones de celebrar los mejores Juegos de la historia”, destacó el alcalde. Al contrario de lo que hizo en los dos intentos anteriores, Gallardón optó por no encabezar el proyecto, cediendo ese papel al presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. “Él conformará el equipo que elabore el dossier y defienda la candidatura. Y él elegiría quién le acompaña en este reto apasionante”, explicó en septiembre. Apenas tres meses después, Gallardón dejaba la Alcaldía para entrar a formar parte del Gobierno de Mariano Rajoy como ministro de Justicia. Su sucesora, Ana Botella (PP), refrendó su compromiso de austeridad.
Para organizar la candidatura, se formó en otoño la Fundación Madrid 2020, que cuenta entre sus patronos con el vicealcalde y los líderes de la oposición en el Ayuntamiento, el viceconsejero regional de Deportes, el director general del Consejo Superior de Deportes, los miembros españoles en el Comité Olímpico Internacional (COI), representantes de patronal y sindicatos madrileños, etcétera.
En noviembre, la fundación recibió 600.000 euros del Ayuntamiento para su puesta en marcha. En los presupuestos municipales de 2012 cuenta con una subvención de siete millones de euros. En total, el Gobierno local espera gastar en la candidatura 11,48 millones, prácticamente la mitad de los 22,4 millones empleados para Madrid 2016 (17 a través de la fundación correspondiente, y otros cinco aportados por la Dirección General de Deportes a las federaciones deportivas a través de convenios). El coste total de Madrid 2016 fue de 37,8 millones; el resto, 21 millones, fueron invertidos por patrocinadores privados.
Para su funcionamiento efectivo, la Fundación Madrid 2020 ha creado una sociedad anónima con 26 empleados y desligada de la estructura municipal; la responsable de coordinar su trabajo con el Ayuntamiento es la concejal Patricia Lázaro (PP). El equipo de la sociedad anónima Madrid 2020 está encabezado por Alejandro Blanco, que cuenta con una secretaria y una asistente. El consejero delegado es Víctor Sánchez, que tiene otra secretaria. El área de Relaciones Internacionales, formada por tres personas, la dirige (su cargo oficial es “Chief Executive Officer”) Theresa Zabell, que tiene otra asistente. Raúl Chapado es director general de Deportes, y Rafael Pascual es coordinador del área. Luis Perales es gerente de Documentación, y Alejandra Álvarez es coordinadora del área.
El director general de Comunicación y Márketing es Alfonso Rodríguez, que cuenta con Marta de la Revilla como mánager de Márketing, Rodrigo Garza como responsable de Operaciones, e Inés Murueta-Goyena como responsable de Patrocinios. En el área hay dos responsables de Comunicación (Manuel Cano para medios nacionales, Sandra Serrano para extranjeros), y una secretaria. Por último, el área de Administración, Finanzas y Recursos Humanos la encabeza Manuel Parga como director general, y cuenta con otra secretaria; Miguel Pérez-Ochoa es el manager de Finanzas y Rosa María Martínez es la responsable de Asuntos Jurídicos. Hay además dos recepcionistas y un ordenanza.
La semana que viene se presentará el logotipo de la candidatura, elegido mediante un concurso entre alumnos de estudios superiores oficiales de Diseño. El premio es una beca de 6.000 euros (frente a los 54.000 euros de 2012 y los 40.000 de 2016). Debía ser “original, fácilmente identificable y representar el espíritu de Madrid”, pudiendo “inspirarse en rasgos históricos, geográficos o costumbristas de la ciudad, tratando de armonizar esos aspectos vitales con los valores y el espíritu olímpico”.
El próximo 15 de febrero, Madrid entregará en la sede del COI en Lausana (Suiza) el cuestionario técnico que sirve como paso previo para convertirse en ciudad candidata. El COI valora los siguientes aspectos: visión, concepto y legado; deportes y sedes; medioambiente y meteorología; alojamiento; transporte; servicios sanitarios y control antidopaje; seguridad; tecnología y energía; aspectos legales, aduanas e inmigración; Gobierno y apoyo popular; y marketing y finanzas.
El 23 de mayo, el Comité Ejecutivo del COI anunciará el resultado en Quebec (Canadá). Se presentan a este primer examen otras cinco candidatas: Bakú (Azerbaiyán), Doha (Catar), Estambul (Turquía), Roma (Italia) y Tokio (Japón). Para pasar el corte es necesario obtener una nota media mínima de 6 en el cuestionario técnico. En principio, las seis ciudades podrían superar el trámite, aunque por lo general el COI suele eliminar al menos a una aspirante, según fuentes de la candidatura española. Madrid logró una nota de 8,3 en 2012 y de 8,4 en 2016.
¿Cuáles son las candidatas más fuertes? ¿Cuáles las más débiles? El equipo madrileño no quiere hacer valoraciones hasta la semana que viene, cuando se presente en público con su logotipo y la página de Internet. Pero extraoficialmente apunta algunas claves ya.
Para empezar, recuerda la regla no escrita de la rotación de continentes, esa que en 2016 se dejó en suspenso para mantener la ilusión (a instancias, al parecer, de una vaga promesa del COI de que no resultaría decisiva), pero que al final se llevó por delante la candidatura a favor de Río. En esta ocasión, sin embargo, la norma favorece a Madrid. El mayor peligro era que hubiera una candidata africana (continente que no ha albergado aún unos Juegos), pero Durban (Suráfrica) decidió no presentarse (según apuntó, para priorizar gastos en momentos de crisis). Los Juegos de Invierno de 2018 son en Pyeongchang (Corea del Sur), lo que en principio perjudica los intereses de las candidaturas asiáticas.
Bakú no pasó el primer corte en 2016, aunque desde entonces ha hecho ingentes esfuerzos e inversiones para que no se repita la historia. Doha también se quedó fuera, pese a lograr buena nota, porque pretendía celebrar los Juegos en otoño, fuera del calendario del COI (para tratar de mitigar las altas temperaturas). Esta vez tampoco cometerá el mismo error, puesto que ya tiene permiso para hacerlo entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre.
Tokio fue la que mejor nota sacó en el primer corte de 2016, pero probablemente las mayores rivales para Madrid en esta ocasión sean Roma y Estambul: la primera, porque también se ve favorecida por la oportunidad europea, y porque cuenta con cuatro miembros en el Comité Olímpico Internacional (España tiene tres: José Perurena, Juan Antonio Samaranch Jr. y Marisol Casado). La segunda, porque constituiría una apertura hacia el mundo musulmán, un gesto político muy del gusto del COI.
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