Andoni Ferreño debuta como director con un cambio de sexo

Herencia significa, casi siempre, conflicto. Todavía más si la relación entre hermanos es distante y fría. Recuerdos y rencillas, en ocasiones cómicas, se suceden sobre el escenario en la obra. Hay que deshacer la casa que se estrena hoy en el teatro Arenal de Madrid.

La obra está dirigida y adaptada por el actor Andoni Ferreño, que abandona momentáneamente los escenarios y debuta como director con un trabajo de Sebastián Junyent, su “padre teatral”, como él mismo lo define. Con este proyecto, el director novel pretende homenajear al que fue director, hasta su muerte en 2005, del programa de televisión Cine de barrio.

Ferreño adapta la obra que lanzó a Junyent a la fama como dramaturgo en 1985 pero asegura que respeta la versión original casi en su totalidad. “He usado recuerdos de mi infancia y la he masculinizado. Nada más”. El director se refiere al cambio de sexo de los intérpretes. En el texto de Junyent eran mujeres. En su versión son hombres, dos actores con amplia trayectoria profesional: Jorge de Juan —39 escalones, La mujer de negro— y Luis Fernando Alvés —Todos los hombres sois iguales, Ana en el trópico.

Hay que deshacer la casa cuenta la historia de dos hermanos, separados por la distancia y los enfrentamientos, que tienen que volver a verse cuando sus padres mueren. Uno de ellos abandonó la casa familiar y se instaló en París. El otro se quedó junto a sus padres hasta el final en una pequeña ciudad de provincias. El momento de reunirse de nuevo y, literalmente, deshacer la casa, supondrá para ellos la mejor oportunidad de sincerarse y mostrar sus sentimientos. “A los hombres les cuesta más expresar sus emociones. Es lo que le da fuerza a la obra”, explica el director. “Ahora nosotros podemos estar en un bar hablando de ropa y las mujeres en la peluquería hablando de fútbol”.

La obra se estrena exactamente 26 años después de que Junyent inaugurara la original. El director manifiesta que ha sido una casualidad que la fecha del estreno coincida. “Estaba prevista para el 10 de enero pero lo tuvimos que cambiar. Elegí el 17 sin pensar. Sebastián debe estar guiándonos desde algún lugar”, expone.

Ferreño invita al público a entrar a ver la obra “desnudos emocionalmente” para poder reír, llorar y disfrutar “de cada momento” y asegura que seguirá subiéndose a los escenarios porque se siente más actor que director. Declara, además, que ha sido una experiencia más emocional que profesional. Junyent y él eran amigos y, antes de que falleciera, hablaron de hacer la obra con hombres como protagonistas. “Creo que él estaría de acuerdo con mi trabajo”, sentencia.