“A ver adónde creen que vamos; el metro es para ir a trabajar, no para ir al bingo”

El primer laborable del año se ha estrenado con las nuevas tarifas del transporte público. Un euro más la T-10, del sistema tarifario integrado, que pasa a costar 9,25; dos euros el billete sencillo; 37 euros la T-50/30… incrementos que oscilan entre el 10% y el 70%, y de los que solo se libran los usuarios de la T-Mes y la T-Trimestre. La subida ha supuesto un nuevo elemento de indignación para los trabajadores, aplastante mayoría entre los usuarios del transporte púbico: “A ver adónde creen que vamos en metro; el metro es para ir a trabajar, no para ir al bingo”, exclamaba Eliseo García esta mañana en la estación de plaza de Catalunya.

Erika Churano, a punto de coger los Ferrocarrils de la Generalitat para ir a trabajar a Sarrià, también lamentaba el incremento: “Fastidia sobre todo porque siempre pagamos los mismos, los más humildes”. “Tal como están las cosas, no es justo que suba el transporte cuando se recortan servicios y los sueldos no están precisamente subiendo”, añadía Pepa Pi en un improvisado corrillo. Del aumento tarifario tampoco se salvan los pensionistas usuarios de la tarjeta rosa. La T-10 para ellos sube de 3,25 a 3,55 euros. “Exagerado, pero peor es lo otro”, decía Rafael la Llave, señalando a los viajeros no pensionistas. “Siempre pagamos los mismos, los trabajadores”, apostillaba.

Los empleados de atención al cliente han sufrido las quejas en carne propia, como cada año. “La gente se queja, pero no hace nada. Y espérate, la semana que próxima será peor, habrá vuelto todo el mundo de trabajar y comenzarán a acabarse los títulos de 2011”, vaticinaba Laura mientras recargaba de papel las máquinas expendedoras. En la otra punta de la estación, su compañera Abigaïl celebraba que “la gente ya esté enterada de los nuevos precios por la televisión y los periódicos”.

Los turistas sí se han sorprendido por el incremento, porque las nuevas tarifas para nada cuadran con las informaciones de sus guías de Barcelona. “Es muy caro, sobre todo si se tiene en cuenta que aquí los sueldos son mucho más bajos”, lamentaba Josephine, recién llegada de Suiza. Allí un billete como la T-10 cuesta seis euros, frente a los 9,25 de Barcelona. “Mamma mia, due euro!”, exclamaban los numerosos miembros de una familia italiana a pocos metros, visto el precio del billete sencillo.

A las novedades en los títulos de la Autoridad Metropolitana del Transporte se suma hoy un destacable cambio en los billetes de Regionales Renfe: si hasta ahora los billetes de ida y vuelta se podían utilizar durante 15 días desde la compra del trayecto de ida, desde hoy solo se podrán utilizar hasta el día siguiente, informa Europa Press. Esto es, si alguien compra un billete de ida y vuelta para irse de fin de semana un viernes y regresar el domingo, ya puede ir olvidándose: o vuelve el sábado o compra dos billetes.

El llamado tarifazo del transporte público ha suscitado quejas de entidades como la  Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) y la Plataforma por el Transporte Público. La plataforma considera que la subida penaliza a los usuarios habituales (el 70% de los viajeros del metro lo paga con la T-10) y que no fideliza a los viajeros. La FAVB, por su parte, ve en el aumento una muestra de “insensibilidad social”.

Hoy también entran en vigor las nuevas tarifas de los peajes que gestiona la Generalitat, que suben entre el 4,88% y el 6,67%. Además desaparecen las bonificaciones de las que gozan actualmente los residentes y se para obtenerlas se exigirán otros tres requisitos: que el coche lleve más de tres ocupantes, que sea poco contaminante y que realice el trayecto diariamente. Técnicamente, solo en los dos últimos casos, que se comprueban con el Teletac, se pueden aplicar las bonificaciones.