Confesiones desenchufadas del pop

Canciones en catalán y en francés de un grupo de varias procedencias con la discográfica sita en Madrid. Estos son Litoral, la revolución silenciosa del pop catalán. Una banda formada por Iván R. Cuevas, Pau Roca, Guillaine Goosse, Manuel Moreno, Pablo Magariños y Javier Montserrat. Una “orquesta de cámara portátil”, explica Pau Roca, guitarrista y también líder de La Habitación Roja, un proyecto consolidado y bien rockero que poco tiene que ver con Litoral. “Todo es crecer”, dice Roca.

Quizá Manuel Moreno, que toca la viola (lleva consigo un instrumento de 150 años de antigüedad que suena como los ángeles), encarna el sonido de esta banda que ensaya cuando puede y en directo suena genial. Acaban de sacar al mercado Incendis melòdics del món irracional (Limbo Starr), su primer disco, ambiental, con un relato musical coherente, bien producido y ensamblado. Una gozada, sí.

Catalán en Albacete

“La explicación ideológica del proyecto Litoral es básicamente que ahora es muy sencillo poder ir a cualquier sitio y solo preocuparte por los billetes”, expone Roca. De hecho, acaban de realizar una minigira por Islandia —donde tienen una prédica importante, así como en Francia e Italia; dan la mitad de conciertos en el extranjero— y viajan solo con sus instrumentos. Incluso cuando en algún bolo se ha ido la luz ellos han seguido tocando. Delicioso en 2011. Y cantando en catalán donde sea. “Hemos cantado en catalán en Albacete, no pasa nada”, apunta Roca. Pero no se enmarcan en el movimiento del folk pop catalán tan en boga. “Que no se ofenda nadie, pero somos más de Beirut que de Manel”, apunta Pau Roca sin tapujos.

Manuel recuerda cómo empezaron “en un piso” y acepta con rubor y reticencias que hay quien diga que el grupo tiene un punto de “Dylan eléctrico”. Quizá uno de los secretos de la fórmula de alquimia que es Litoral es la diferente procedencia de sus integrantes. Las letras de Iván R. Cuevas tienen un punto surrealista, pero con los pies en el suelo, con historias vivenciales. Pau y Manuel ríen y aseguran: “Iván es un nostálgico, un fracasado, así salen las canciones”. Más serios, confiesan que “es un gran escritor, un buen músico”. A eso hay que añadir el alma clásica de Manuel Moreno e influencias que divagan entre Stereolab y la bossa nova. Roca asegura que el disco “es un estrés vital, es un disco que está bien”. Ha sido un trabajo de vaciado vital, porque “muchas canciones son historias personales”.

No quieren que se sepa, pero son “los típicos psicópatas” que piensan en el segundo disco, quizá más bossa nova, incluir la canción mexicana, subir el tempo. Aún no se sabe. “Será un disco 2.0 de este que hemos hecho”, revela el enérgico Pau Roca. Buena música; ahora a seguirlos.