Trias pacta los presupuestos de Barcelona con el PP sin aclarar acuerdos futuros
Una imposición del PP en el último minuto lleva a enmendar las cuentas tras haberlas aprobado Alberto Fernández Díaz saca adelante 'in extremis' una enmienda para mantener el IBI
CiU y el PP han rubricado hoy su pacto político con la aprobación de los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, un pacto de números sin dejar claro qué pasará a partir del año próximo y si el acuerdo programático de las cuentas irá más allá. De momento, esa alianza imprescindible para el alcalde Xavier Trias ha llevado a una situación inédita: el pleno del Ayuntamiento ha aprobado, primero, un presupuesto de 2.295,9 millones de euros, para después aprobar una enmienda según la cual los ingresos se rebajan en 5,6 millones al mantener la bonificación del impuesto de bienes inmuebles (IBI) que había sido anulada. No está claro, pues, si los presupuestos finales son de 2.295,9 millones, si son 5,6 millones menos o si están descuadrados porque hay menos ingresos y más gastos.
El lío final de la tramitación ha sido consecuencia de la enésima enmienda introducida por el Partido Popular, que no estaba de acuerdo en que se anulara la bonificación por la domiciliación bancaria del IBI que preveía CiU, medida que reportaría 5,6 millones de euros a las arcas municipales. La enmienda la había presentado el PP como condición última para el sí a las cuentas. Y precisamente el papel que ha tenido el partido que lidera Alberto Fernández Díaz en toda la negociación ha centrado buena parte del debate. Y las críticas y acusaciones a Trias fueron la voz dominante de los tres grupos de la oposición. “¿Dónde está el liderazgo del que hablaba tanto, señor Trias?”, ha lanzado el socialista Jordi Hereu. "Ustedes asumen la rebaja fiscal que impone el Partido Popular”, ha afirmado Ricard Gomà. Según Jordi Portabella, presidente de Unitat per Barcelona (UxB), “el PP ha intervenido los presupuestos de la ciudad”.
Que los nacionalistas están agradecidos al apoyo del PP está claro. Así ha empezado su intervención Sònia Recasens, la tercera teniente de alcalde de Economía, y así lo ha dicho dos veces el alcalde: “Agradezco la actitud de Alberto Fernández Díaz” por facilitar la aprobación de los presupuestos. El líder del PP no ha entrado al trapo, pero ha dejado clara una cosa: “Esto es el acuerdo de los presupuestos y las ordenanzas fiscales del año próximo, y punto”. Ese “punto” ha sonado tan rotundo en el pleno que parecía dejar en el aire lo que Fernández Díaz ha mantenido en más de una ocasión: que su sí a los presupuestos debe marcar la política general y, en consecuencia, el PP debería formar gobierno con CiU. En caso contrario, el PP asumiría el papel de oposición dura, en palabras del propio Fernández Díaz. Con independencia de lo que ocurra más adelante, Trias y el líder del PP han evitado una foto conjunta hoy en el pleno.
Las cuentas de 2012 están marcadas por un descenso de los ingresos del Consistorio, un incremento del gasto y del endeudamiento, y una caída importante de la inversión. Las enmiendas introducidas por el PP han provocado que la ciudad deje de ingresar 16,6 millones de euros por tasas e impuestos propios, cifra que otros grupos de la oposición elevan a 20 millones de euros. Ese decremento es el resultante de no subir el IPC del IBI, aplicar bonificaciones en este impuesto para familias monoparentales y pensionistas con ingresos inferiores a los 900 euros mensuales, la rebaja del impuesto de circulación de vehículos, las rebajas de tasas como la de la grúa, la congelación de algunas zonas azules de aparcamiento y para los residentes si no tienen multas, y otras bonificaciones en el impuesto de actividades económicas. El mismo PP ha introducido partidas de gasto por un total de cerca de 18 millones de euros.
Las grandes magnitudes del presupuesto del próximo año van a la baja. Empezando por la inversión, que cae unos 300 millones de euros si se compara con la del presupuesto del año pasado. La posición del gobierno en este punto es que precisamente la “alegría” del tripartito de Jordi Hereu es lo que ha provocado un excesivo endeudamiento de la ciudad. “No podemos seguir con ese ritmo, que nos hubiera llevado al desastre como ya ha pasado en la Administración central y con la ruina de la Generalitat. No cometeremos errores históricos”, ha mantenido el alcalde Xavier Trias. Frente a frente, su antecesor en el cargo le ha recriminado que la receta de menos inversión y menos ingresos “perjudicará a la ciudad y a los barceloneses. En un momento en que todas las administraciones miran cómo incrementar sus ingresos, el Ayuntamiento de Barcelona no puede renunciar a ellos”.
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