La seña de identidad del archipiélago portugués es su naturaleza: valles exuberantes, playas de arena negra, volcanes, montañas escarpadas y también pozas y viñedos. De San Miguel a Santa María, pasando por Faial y Pico
Nacida a golpe de mestizaje, la isla más visitada del país africano tiene un toque europeo y caribeño. Aquí la vida discurre de manera sencilla entre la extraña belleza de su paisaje volcánico
Aquella forma de resistencia pasiva que fue hablar en una lengua incomprensible para el amo dio lugar a un idioma en el que se siguen expresando nuevas generaciones de músicos de Cabo Verde
La ruta empieza en el pueblo pesquero de Cariño y se detiene en Espasante y O Barqueiro hasta alcanzar el cabo de Estaca de Bares, el final perfecto tras recorrer villas, playas, acantilados y los paisajes más salvajes y solitarios de esta zona de A Coruña
El archipiélago portugués ha sido un gran secreto desde su hallazgo, cuando se prohibió su aparición en los mapas para evitar el ataque de piratas. Ahora es más accesible que nunca, así que es el mejor momento para animarse a descubrir su isla más grande
Recomienda empezar el día con un excelente café, disfrutar de un ‘furancho’ auténtico, tomar un cóctel en taza de cobre, acompañar la cena de vinos únicos y visitar una histórica tienda de alimentación de la ciudad
Playas, reservas naturales, ruinas romanas y hoteles sostenibles forman parte del entorno de la laguna, en la región de Grandola. Cualquier viajero puede explorar a pie o en los paseos en remo una albufera que atraviesa prados, pinares y arrozales
Pueblos de hórreos y ‘cruceiros’, playas vírgenes y solitarias y el mejor marisco y el mejor Albariño; y de fondo... la melodía de las olas del mar: Los ‘campings’ de lujo están de moda y esta propuesta a pocos kilómetros de Pontevedra es un acierto seguro
Pese a haber sido declarada patrimonio mundial por la Unesco por su cultura y biodiversidad, la ciudad no tiene resuelto el saneamiento básico, lo que afecta a la salud de las personas y los ecosistemas
Más de medio millón de personas han regresado a sus lugares de origen en el norte de Mozambique, encontrándose con casas, escuelas y hospitales destruidos. Aún hay 630.000 desplazados por el conflicto en esta región