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‘Visa pour l’image’: un visado contra la indiferencia a través del poder de la fotografía

En su 37ª edición, el principal certamen global de fotoperiodismo invita a mirar de frente la realidad que no podemos ignorar; un festival frente a la urgencia del mundo

Los kulunas son bandas ultraviolentas que aterrorizan la ciudad y que, según se sabe, han prestado sus servicios a políticos. Los miembros de estas bandas, de entre 17 y 30 años, están organizados en cárteles que luchan entre sí por el control de territorios. Kinshasa, República Democrática del Congo, 26 de mayo de 2025.
Gloria Crespo MacLennan

“La primera palabra que eliminaría del folclore del periodismo es la palabra ‘objetivo”, aseguraba el legendario fotógrafo Eugene Smith. “El fotoperiodista no puede tener más que un enfoque personal, y le resulta imposible ser completamente ‘objetivo’. Honesto, sí. Objetivo, no”. Con esta cita abría Jean-François Leroy, cofundador y director artístico, la última edición de Visa pour l’image, el principal certamen mundial consagrado al reporterismo en imágenes en un mundo sacudido por guerras, desastres climáticos, y divisiones sociales cada vez más marcadas.

“Durante mucho tiempo la principal crítica que recibió el festival fue que era demasiado oscuro, demasiado violento, demasiado pesimista”, reflexiona Leroy. “Desgraciadamente íbamos, en alguna medida, demasiado avanzados respecto a nuestro tiempo. El mundo va mal, y esta vez lo dicen todos”, advierte.

Así, en esta 37ª edición, que tendrá lugar hasta el 14 de septiembre en Perpiñán (Francia), son 26 las exposiciones que reclaman enfrentar la realidad. Abarcan una diversidad de crisis, planteadas desde enfoques marcados por la experiencia individual, como lo es el drama de Gaza, documentado por Saher Alghorra en Sin Salida. Franja de Gaza. 7 de Octubre de 2023-18 de mayo de 2025: un sobrecogedor testimonio cargado de fuerza narrativa y lleno de humanidad, donde laten el dolor extremo y la resiliencia de las víctimas de la barbarie en busca de la dignidad y la esperanza en medio del horror. Se trata de un reportaje realizado en un territorio al que no tienen acceso los periodistas extranjeros —Israel no lo permite, salvo en raras ocasiones en las que deben integrarse empotrados en el ejército israelí—. Ofrece una visión muy completa de la situación alternando planos muy íntimos con otros de carácter paisajístico.

El fotógrafo palestino ha resultado ganador del premio Visa d’Or Humanitario del Comité Internacional de la Cruz Roja. Su trabajo no es solo un acto de resistencia, sino que adquiere una resonancia particular dentro de un contexto en el que, según cifras de la ONU, al menos 242 periodistas palestinos han sido asesinados desde octubre de 2023, cuando comenzó la guerra. Entre ellos se encuentra la fotoperiodista de 25 años Fatma Hassona, víctima de un bombardeo del ejército israelí, junto a diez miembros de su familia, en abril de 2025. En aquel momento colaboraba con la realizadora iraní Sepideh Frasi en el documental Put Your Soul on Your Hand and Walk. Justo un día antes de su muerte, la cineasta le comunicó que la película había sido seleccionada para el Festival de Cannes. Una selección de las imágenes captadas por la joven fotógrafa a lo largo de la primavera y verano de 2024 compone la exposición El ojo de Gaza; un recorrido entre polvorientos escombros y losas de hormigón destrozadas donde aún se aferra la esperanza.

#paradise - Curator: Samuel Bollendorff

Mientras cubría los devastadores incendios forestales que tuvieron lugar en 2018 en Paradise, California, Samuel Bollendorff se planteó qué lenguaje fotográfico podría reflejar mejor las reacciones de la gente frente al cambio climático. De ahí surgió #paradise, una narración de diversas catástrofes medioambientales a través de las imágenes que las propias víctimas fueron publicando en redes sociales. Instantáneas pobres y banales, que han alcanzado mayores audiencias que los reportajes tradicionales. Impresas sobre placas de cristal como capturas de teléfono, incluyen los emoticonos, hashtags y comentarios que normalmente las acompañan reclamando auxilio, expresando conmoción o estupefacción, o cuestionando las explicaciones oficiales. Internet, elemento esencial del ecosistema informativo, sirve como terreno del reportaje, permitiendo al fotógrafo abordar el tema de forma indirecta.

“Estas imágenes son una forma de distanciarse de la catástrofe”, explica el fotógrafo a Le Monde. “Y, al mismo tiempo, se sitúan en un ámbito de lo íntimo: muestran cómo las personas se han visto afectadas en sus vidas, su territorio, sus puntos de referencia. Para ellos no se trata de documentar un acontecimiento, sino de posicionarse frente a él”. #paradise se presenta, por tanto, como una reflexión sobre el futuro de la imagen, sobre su capacidad de generar una respuesta, así como sobre la forma en la que se consumen hoy las noticias. Si bien Bollendorff sostiene que las nuevas formas de difusión no restan valor al trabajo realizado en el terreno, apunta a que gran parte de las imágenes que consumen los menores de 35 años no provienen de las formas tradicionales del periodismo. “No tiene sentido documentar a los más vulnerables si no encontramos espacios para hacer oír sus voces”, añade Bollendorff.

Un joven asistente sostiene un muñeco de Donald Trump antes de que el candidato presidencial pronuncie un discurso en un mitin electoral en el Grand Sierra Resort and Casino. Reno, Nevada, 11 de octubre de 2024.

Entre el resto de las exposiciones que componen la programación del festival destaca la mirada poética y comprometida de la fotógrafa armenia Anush Babajanyan, quien profundiza en las repercusiones sociales y ecológicas que trae consigo la dramática transformación de la cuenca del mar de Aral. Brent Stirton documenta la lucha silenciosa por la preservación del Parque Nacional de Virunga, el más antiguo de África, bajo un trasfondo marcado por los conflictos armados, una guerra sin nombre que afecta a la región desde hace 15 años. Las megaurbes desbordadas y caóticas de Pascal Maitre hablan de otro tipo de colapso. En Ucrania, donde cerca del 30% del territorio ha sido devastado, Gaëlle Girbes ofrece una mirada sobrecogedora al corazón del conflicto. Alfredo Bosco expone las huellas del narcotráfico en Iraq, y Juan Carlos se adentra en El Salvador —tiene la tasa de presos más alta en el mundo en nombre de la guerra contra las bandas criminales—, donde la violencia se vuelve casi estructural. Por su parte, Julia Demarée Nikhinson retrata cómo se vivieron las elecciones más controvertidas y significativas de la historia moderna reciente en Estados Unidos, revelando tensiones que resuenan más allá de sus fronteras.

Tal vez una fotografía ya no baste para detener un conflicto o revertir una injusticia de forma inmediata —si es que alguna vez lo hizo—, pero sigue teniendo el poder de interpelarnos, de romper la indiferencia y de activar una conciencia, tanto individual como colectiva, como lo hacen el miedo a morir en los ojos del gorila Ndakasi, y la mirada de su cuidador, André Bauma, captadas por Stirton en el Centro Senkwekwe de la República Democrática del Congo, o la impresionante toma realizada a orillas del mar, cerca del puente Wadi Gaza, por Saher Alghorra, donde una auténtica marea humana compuesta por palestinos desplazados avanza entre la incertidumbre y la esperanza, de regreso a su hogar. En un mundo tan saturado de imágenes como necesitado de valores Visa pour l’image no solo sigue siendo relevante: hoy es más necesario que nunca.

Visa pour l’image. Festival Internacional de Fotoperiodismo. Perpiñán. Hasta el 14 de septiembre.

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Sobre la firma

Gloria Crespo MacLennan
Ha desarrollado gran parte de su trayectoria profesional en EL PAÍS como editora gráfica y periodista cultural especializada en fotografía. Colabora en diversos medios de comunicación y ejerce como comisaria independiente de exposiciones. Es directora de un documental sobre la pintora Maria Blanchard, ‘26, Rue du Départ. Érase una vez en París’
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