‘Gente en el tiempo’, de Massimo Bontempelli, una joya del realismo mágico
El paseo por el amor, el miedo, la fe y la muerte de la novela de aires góticos de Massimo Bontempelli se adelantó en décadas a la noción de lo real maravilloso que propuso Alejo Carpentier y consagró a Gabriel García Márquez
![Dos trabajadores manipulan un maniquí en un camión, en Milán en 1949.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6TNQWGFF4VEDXPKILDWPXKPZLY.jpg?auth=d8cafd41e33e0f913c0dd0041c23fe167dfb68b1223b57c12704dd3fe5e0c605&width=414)
Como Vittorini, Morante, Fenoglio, Malaparte (con quien funda la influyente revista 900), Levi, Buzzati o Bufalino, el gran Massimo Bontempelli, reputado periodista e intelectual de entreguerras, ganador del Premio Strega con El amante fiel (1953) y prosélito del futurismo que con el tiempo le hizo abrazar un fascismo del que se desdice en 1939 tras ser expulsado del partido, ha tenido que conformarse con el papel de brillante comparsa de las señeras figuras de la narrativa italiana del siglo XX, con Pavese, Calvino, Moravia o Ginzburg abriendo la comitiva. Enamorado de Piero della Francesca, Mantegna y esa atmósfera inquietante del realismo de la pintura del quattrocento, adalid del surrealismo y su obsesivo interés por el subconsciente, la magia de lo cotidiano y el enigma del tiempo y del espacio tal como lo plasmó su amigo De Chirico en su pintura metafísica, Bontempelli ya había hablado de realismo mágico en 1926 —antes que la noción de lo real maravilloso que gestó Alejo Carpentier en el texto que ejerció de prólogo a su novela El reino de este mundo (1949), y desde luego mucho antes de la eclosión con Gabo y Cien años de soledad— como una forma de tratar el misterio que habita en la mera existencia.
Un asfixiante domingo de agosto de 1900 en el que “el calor partía las piedras bajo el vientre de los lagartos”, en la villa siniestra de La Coronata, La Gran Vieja agoniza en su lecho, reúne a los suyos y con desprecio les vaticina a todos una muerte prematura: “Ninguno de vosotros morirá viejo”. De la mano de una prosa envuelta en simbolismo que construye un sombrío escenario de temores, maldiciones y presagios, cercano, se diría, al de la novela gótica, Bontempelli se vale del tema de la espera, tan caro a un simbolista como Maeterlinck, a los surrealistas y a Buzzati en El desierto de los tártaros, y del motivo de la muerte y del sueño, surrealistas también hasta la médula, para narrar la historia de una familia cuya vida transcurre ya irremediablemente abrazada a la ansiedad de saber que desaparecerá a manos de la muerte temprana que les auguró la matriarca, la Gran Vieja, la Señora. Cada cinco años, como si un fatídico metrónomo marcara el tiempo, el primogénito, Silvano; su esposa, Vittoria, y las dos niñas del matrimonio, Dirce y Nora, dejarán este mundo para no ser sino gente en el tiempo, efímeras notas en un pentagrama.
Conducida por un narrador con las hechuras de un cronista que trata de mantener el relato en la brumosa frontera entre lo real y lo legendario, la obra avanza a caballo entre una trama costumbrista solo en apariencia, un clima mítico, cierta naturaleza metafísica y una vocación de novela de ideas a la que sin duda contribuyen los aleccionamientos del mencionado cronista y de algunos personajes que, como el abad Clementi, le inculcan al lector ideas como la de que “la vida es duda”, “no existen las casualidades del azar, hasta el vuelo de un insecto o el estallido de una pasión, todo está conectado como los dispositivos de un aparato”, “no importa morir, lo que importa es no saber cuándo”.
Hay una sintonía entre la naturaleza y el estado de ánimo de los protagonistas que acentúa el simbolismo que subyace al texto
Advierte el lector a lo largo de toda la obra la sintonía que establece la naturaleza con el estado de ánimo de los protagonistas en aras de acentuar el lirismo y el simbolismo que subyacen al texto, “el aire cuajado de estrellas se arremolinaba en brisas calientes que asfixiaban” o “el jardín estaba agonizando” como casi todo en esta novela de aires góticos y ecos de Maupassant, Gracq o Unamuno cuyo estremecedor paseo por el amor, el miedo, la fe y la muerte hará las delicias de tantos lectores de hoy como tuvo en su tiempo el exquisito maestro Bontempelli.
![Portada de 'Gente en el tiempo', de Massimo Bontempelli](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HDEIZCVZYFDKLPQRBY34B44Z7A.jpg?auth=37e238a5f17e9207820919c758eece655d1d2c10616804b25eafca7724ff7e59&width=414)
Gente en el tiempo
Traducción de Andrés Barba
Acantilado, 2025. 183 páginas. 16 euros
![Portada de 'Gent en el temps', de Massimo Bontempelli.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CUMBDW66MFFYDIQUMDUHEBW6O4.jpg?auth=41b2163d050f7d3e2cc312c826bfbfa02d740de9ce164a86d2b44162329a83bd&width=414)
Gent en el temps
Traducción de Fina Figuerola i Garreta
Angle Editorial, 2024
224 páginas. 28,90 euros
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