‘Poesía de la Cábala’: el arte de ver con palabras la otra cara de la realidad
Editado por Peter Cole y traducido por Aurelio Major, los versos e himnos de este volumen reúnen obras procedentes de tres continentes y recorren 1500 años. La tradición más arcana y la más moderna coinciden en el planteamiento que presenta la cosmología como ejercicio poético
Los poemas recogidos en este volumen no sólo representan lo místico, lo producen. Contribuyen a la reconstrucción del cosmos tras la catástrofe de la creación. Eso nos dice Peter Cole, que ha traducido himnos y versos del Sefer Yetzirá y el Zohar, de la cábala española e italiana, de la devoción jasídica, de musulmanes judíos y el círculo del Safed. Tres continentes y 1.500 años de poesía mística y secular: Ibn Gabirol, Chikatilla, Yehuda Halevi, Abulafia e Isaac Luria, entre otros. La versión española corresponde a Aurelio Major.
La cábala es un ejercicio supremo de lectura. Explica mediante las letras las relaciones entre un ser infinito, inmutable y oculto; y el mundo que ha creado, perecedero y finito. El presupuesto es sencillo: todos los secretos del universo se encuentran cifrados en los libros sagrados de la Torá y el cabalista debe desentrañarlos mediante su lectura continuada. Todo ello tiene una justificación. La creación del mundo tuvo lugar mediante la emisión de voces: las 22 letras del alfabeto hebreo y 10 números. Letras y cifras que el Creador combinó, permutó y grabó en todo lo que es y en todo lo que será. La cosmología como ejercicio poético. Las letras son los ladrillos de lo real. Siglos después, Galileo afirmará que la naturaleza habla el lenguaje de las matemáticas. La tradición más arcana y la más moderna coinciden en el planteamiento. Las permutaciones de estos elementos sirven para realizar experimentos o diseñar escenarios, la imaginación del lector determinará qué podemos ver en ellas. La Torá es el microscopio y el telescopio que permite seguir el rastro de las transformaciones de la vida divina.
El mundo natural es el resultado de los sucesivos soplos divinos, las emanaciones de las sefirot. Diez “esferas” concéntricas alrededor de un centro oculto. Hay dos actitudes en lo divino. Una es tímida y no se muestra, es el dios oculto o en-sof. La otra es una manifestación femenina, una radicación luminosa llamada shejiná y que da vida a la creación. El centro del universo es un agujero negro, la forma más recóndita de la divinidad, imperceptible e inalcanzable, que carece de cualidades y atributos. El Zohar utiliza el símil del carbón y la llama. El carbón puede existir sin la llama, pero su poder latente no se manifiesta. Mientras que la llama, la manifestación, no puede existir sin el carbón. La luminosidad de las sefirot manifiesta la naturaleza oscura del en-sof.
Las upanishad dicen algo parecido. “Nada surge de la nada”, por lo que la creación es algo que ocurre en Dios. Es la única solución lógica: que la nada de antes de la creación sea también Dios. Un tema que fascinará a Heidegger y la escuela de Kioto. Todo el proceso, el antes y el después, tiene lugar “en” Dios. El mundo natural no es un juego ni una ilusión (los hebreos se distancian aquí de los hindúes) sino el resultado de una “crisis” del en-sof, que pasa del reposo autocontenido (el abismo de la nada) a su manifestación visible. Pero esa manifestación (y aquí está la idea más admirable) no es resultado de un proceso de expansión, sino de una retirada. El en-sof se retira del espacio infinito que ocupaba para que el mundo pueda ser. Gracias a la contracción divina (tsimtsum), las cosas son y permanecen en sus propios límites: la célula en la membrana, la criatura en la piel. Algunos poemas permiten ver, a través de las palabras, esa otra cara de la realidad.
Poesía de la Cábala. Poemas místicos de la tradición judía
Traducción de Aurelio Major
Vaso Roto, 2024
416 páginas. 32 euros
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.