‘Les mans’: ego, trabajo, amor
El dramaturgo Llàtzer Garcia presenta a una pareja guapa, talentosa y aparentemente exitosa cuya relación convive con el arrepentimiento, los celos profesionales y la culpa
Cuando el dramaturgo Llàtzer Garcia elige un tema, siempre llega hasta el final. La familia en La pols o Els nens desagraïts, el paso de la juventud a la vida adulta en Al final, les visions o Els somnàmbuls… Cinéfilo empedernido, su pasión por el séptimo arte se ha trasladado en propuestas como Johnny & Vienna o en la dirección de Breu introducción al western. En esta ocasión, el autor nos habla de amor y de trabajo. Cuando mezclamos una relación sentimental con una profesional siempre hay una que sale perdiendo, y en Les mans (las manos) Garcia nos presenta a una pareja guapa, talentosa y aparentemente exitosa.
Paula es una joven directora que está rodando su primera película: una historia inspirada en su relación con su novio Isaac, que también es el protagonista. ¿La persona que inspira una ficción es la más indicada para protagonizarla? Raquel Ferri y Ernest Villegas interpretan con pasión esta pareja que se quiere de forma imperfecta, donde el amor convive con el arrepentimiento, los celos (profesionales) y la culpa. Despedir a alguien nunca es fácil, pero todavía lo es más cuando se trata de tu pareja y de tu proyecto más personal. Los egos, el narcisismo y las inseguridades propias de los artistas se entremezclan con la salud mental: no llegamos a saber qué le pasó a Isaac en el pasado, pero su presente nos da bastantes pistas.
Sílvia Munt dirige con tacto y oficio esta propuesta muy desnuda, que tiene lugar en una elegante casa de montaña (tocadiscos, madera, cemento) que es a la vez refugio y prisión, como sucedía en Anticristo (Lars von Trier, 2009). Los dilemas éticos de utilizar material real para construir ficciones se unen a la diferencia de edad y a los roles de poder que existen entre una directora y un actor. ¿De quién es una historia, de quién la vive o de quién la cuenta? La obra empieza de forma un poco abrupta y en un primer momento cuesta adentrarse en la intimidad de la pareja, pero a partir de la segunda mitad el texto funciona como un reloj. Los derechos morales también existen, y el vampirismo puede ser una forma de creación artística. Y no hay que olvidarlo nunca: los padres suelen ser nuestros críticos más despiadados.
‘Les mans’. Texto: Llàtzer Garcia. Dirección: Sílvia Munt. La Villarroel, Barcelona. Hasta el 4 de agosto.
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