_
_
_
_
TRONO DE JUEGOS
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El Japan Weekend toma Madrid (y Super Mario el Japan Weekend)

El fontanero de Nintendo vuelve con un título que deja las mejores sensaciones y que se pudo jugar en la feria del manga y el anime

mb
Jorge Morla

En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de 2016, cuando tocó pasar la antorcha a la nueva sede (sería Tokyo 2020), Shinzo Abe, el entonces primer ministro nipón apareció vestido de Super Mario. De todos los referentes con los que Japón quería mostrarse al mundo, el mayor icono que encontraron fue este fontanero nacido entre píxeles hace ahora 38 años. No es casualidad: Mario es la punta de lanza de la cultura japonesa, un arma imparable que se abre camino en las mentes de la juventud a través de los dos elementos artísticos más efervescentes de la actualidad: los videojuegos y el manganime.

Este fin de semana tuvo lugar en Madrid el Japan Weekend, la mayor feria de la cultura japonesa. Hablamos de decenas de miles de jóvenes de toda España que tomaron Madrid buscando algo que se le escapa a la mayor parte de los adultos pero que encierra un inmenso poder: una forma de comunión a través de los aspectos más exportables de una cultura extranjera que les fascina por su eclecticismo. Esos aspectos están atravesados por todas las formas de consumo, sí, pero es innegable que el manganime es una forma de comunión, al fin y al cabo.

En la feria, la socialización se lleva a cabo a través de lo que quiere la juventud de hoy: conciertos, videojuegos, libros, cómics, clases de kendo, arquería, gastronomía japonesa (más bien tirando hacia los snacks y la comida rápida, no a la alta gastronomía), coleccionables y merchandising hasta un nivel casi mareante de absolutamente todos los aspectos de las series de moda. Por supuesto, claro, cosplay, porque es cierto que cada día más jóvenes (aunque también se vio a mucho padre disfrazado) se suman a esta forma de empoderamiento imitativo que se obtiene al estar vestido como el protagonista de tu manga o anime favorito. Miles y miles de jóvenes comparecieron para performar, para mostrarse en sociedad con los conjuntos que han construido con esmero. A veces, durante meses.

Al conjunto se le podría sacar, sí, un cierto aire cutre por la nula voluntad de construir un espacio expositivo más allá de salpicar los tres pabellones de Ifema —tres pabellones de Ifema no es un espacio menor— con todo tipo de stands. No hay pasillos, no hay techo, no hay una voluntad organizativa fuerte. Tampoco es que pase nada, esto no es Arco ni falta que hace, porque lo que aquí prima es el disfrute puro de una juventud criada al calor de sus referentes japoneses.

Y entre todos los espacios del Japón destacó uno teñido de rojo. Nintendo ofreció la oportunidad de jugar al próximo juego de Mario: Super Mario Bros. Wonder, que en puridad saldrá a la venta el 20 de octubre. El juego respira las mejores sensaciones de las aventuras en scroll horizontal del héroe bigotudo. Y novedades jugosas. Para empezar, además del multijugador local, el juego ofrecerá un multijugador online. Y luego están los nuevos escenarios, personajes y poderes de los que disfrutará el héroe en su aventura en un nuevo mapa: el Reino Flor. El juego tiene la misma pulida jugabilidad de siempre y nuevas mecánicas, que aportan los tres nuevos trajes de Mario: el elefante, el taladro y la burbuja. Además, está la joya de la corona en cuanto a nuevas mecánicas se refiere: la Flor Maravilla, un alucinante Power-Up con consecuencias casi cuánticas para alterar todo el nivel que estemos jugando.

Entre los asistentes, entre los peinados imposibles y las espadas gigantes, en el Japan Weekend había muchas gorras rojas. Es normal. Y es que ayer fue Ataque a los Titanes, hoy es Kimetsu no Yaiba y Chainsaw Man,y mañana será otra cosa. Por qué hay algo que está claro: Japón puede tener muchos embajadores efímeros, pero solo uno eterno. Por mucho que sea fontanero y que en realidad sea italiano. Ya saben: ¡It’s a me!

Puedes seguir a BABELIA en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Morla
Redactor de EL PAÍS que desde 2014 ha pasado por Babelia, Cultura o Internacional. Es experto en cultura digital y divulgador en radios, charlas y exposiciones. Licenciado en Periodismo por la Complutense y Máster de EL PAÍS. En 2023 publica ‘El siglo de los videojuegos’, y en 2024 recibe el premio Conetic por su labor como divulgador tecnológico.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_