¡Oh la la, los bellos libros!
Los ‘beaux libres’ son una auténtica tradición librera, especialmente en Francia y Alemania. En España no tanto, aunque la presencia de libros vistosos y caros se incrementa en los últimos meses del año
1. Sugerencias
Dentro de la muy cartesiana taxonomía francesa de la producción editorial, los beaux livres (literalmente, “bellos libros”) designan aquellos productos editoriales de gran formato, ilustraciones abundantes (y mejor en color), impresión cuidada y, lo que es más definitivo, pensados más para hojear que para ser leídos; en la taxonomía anglosajona coinciden, más o menos, con los llamados coffee-table books, es decir, con esos libros para decorar y mostrar estatus y “gusto” en la mesita baja del salón, sobre todo si tratan de arquitectura o decoración. En esa categoría cabe de todo, con tal de que, más o menos, se cumplan las condiciones mencionadas: hay beaux livres de cine, de gastronomía, de viajes, de fotografía, de caza y pesca, de ornitorrincos, de cualquier asunto (es decir, de todos) que admita impresión en papel cuché y encuadernación en tapa dura, y pueda regalarse o recibirse como parte del incruento potlatch navideño. En Francia, y en años de bonanza, ese sector supone entre un 3% y un 5% del mercado, y el grueso de su producción se pone a la venta en noviembre y diciembre, es decir, de cara a las fiestas. Los beaux libres son una auténtica tradición librera, especialmente en Francia y Alemania (donde también se ponen a la venta lujosos calendarios ilustrados) y, en menor medida, en el Reino Unido e Italia. En España no se llevan tanto, aunque la presencia de libros de regalo o, simplemente, vistosos y caros se incrementa en los últimos meses del año. No soy muy aficionado a los coffee-table books, de modo que, como sugerencia de posibles regalos, he preferido seleccionar algunos que me han parecido interesantes sin ceñirme exclusivamente a las categorías tradicionales. Espero que a alguno de mis improbables lectores les venga bien la selección.
2. Escritores
En 2021 se conmemora el centenario de una torrencial escritora cuya importancia y significado en el canon hispano no ha cesado de crecer en los últimos años: doña Emilia Pardo Bazán. Insolación (1889), la novela en la que la autora hizo más explícito su feminismo (Asís Taboada es un estupendo icono), ha sido recientemente publicada por Reino de Cordelia en una hermosa edición ilustrada por Javier de Juan (26,96 euros). Y si no tienen bastante, en la Biblioteca Castro pueden encontrar sus Obras (11 tomos; 390 euros) en edición de Darío Villanueva y José Manuel González Herrán. La meritoria coedición (Ediciones del Asteroide y Diputación de Sevilla) de la Obra completa de Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944) reúne en cinco volúmenes (99,95 euros) la totalidad de escritos (incluyendo muchos olvidados) de uno de los más grandes periodistas españoles de la primera mitad del siglo XX (edición de Ignacio F. Garmendia). Edelvives, en su sello Contempla, ha publicado la versión gráfica de De ratones y hombres, la estupenda novela corta (1937) de John Steinbeck, realizada por Rébecca Dautremer, una de las mejores ilustradoras francesas (38,75 euros).
3. Viajes
Nuestra fatiga pandémica dura ya tanto que deforma los recuerdos. El otro día me sorprendí parafraseando a Talleyrand-Bertolucci: “Quien no ha vivido los días de antes de la Pandemia no sabe lo que es la dulzura de vivir”. Ya sé que no era para tanto, pero entre aquellas dulzuras estaba la de poder moverse libremente, algo que los sedentarios por obligación valoramos incluso por encima del Johnnie Walker (que, como saben, era un gran caminante). Para viajeros pandémicos frustrados recomiendo precisamente Viajeros (Alba, 39,50 euros), un tomazo con 65 relatos de viajes (la inmensa mayoría de los siglos XIX y XX) seleccionados por Marta Salís; cuando me entra el mono viajero, me consuelo leyendo alguno; no es que se me pase del todo, pero me alivia. Por cierto que Atalanta sigue publicando en edición cuidadosa el corpus ensayístico del gran mitólogo Joseph Campbell; la última entrega es el imprescindible El héroe de las mil caras (1949), un estudio acerca del viaje arquetípico del hombre, presente en todas las culturas; la traducción (de Carlos Jiménez Arribes) publicada por Atalanta me permite arrinconar la muy subrayada de la escritora mexicana Luisa Josefina Hernández, publicada por el FCE en 1959. Menos mítico y espectacular, pero más humano y crepuscular, es el viaje efectuado por la fotógrafa Cecilia Orueta en The End (Eolas Foto; 26 euros) en pos de los vestigios, huellas y supervivientes de la cultura del carbón, que fue tan importante en las provincias de León y Palencia durante los últimos 150 años y con la que acabó el imperativo pretendidamente racionalizador de la globalización: un libro de estupendas imágenes que dicen más que mil palabras sobre la decadencia y el fin de un modo de vida (y de entenderla).
4. Rembrandt
Dejo para el final, quizá por su precio, la edición española de los dos impresionantes mamotretos (formato 29 × 39,5; peso: ocho kilos; 150 euros cada uno) que Taschen ha dedicado a Rembrandt, uno de los más grandes artistas de todos los tiempos. Dos tomos XXL que se pueden adquirir individualmente: La obra pictórica completa de Rembrandt y Dibujos y grabados de Rembrandt. Como comprenderán, no se trata precisamente de coffee-table books, sino de un museo en papel satinado (y con páginas desplegables) de la obra del genial holandés, con textos en español. Si tienen la tentación de hacérselo enviar a casa (o a la de algún amigo/a) por medio de Glovo (hay alguna librería que los envía de ese modo, dejando a las demás con un palmo de narices), piensen en que el ciclista-mensajero puede terminar herniado. Y por lo demás, muchas felicidades y, como dice el salmista, que en nuestros días abunde la justicia y la paz hasta que falte la luna.
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