Wittgenstein, la palabra y el abismo
Pocos filósofos han escrito un tratado en las trincheras, y muchos menos han escrutado los problemas de la lógica mientras pelaban patatas en la cubierta de un buque de guerra. El pensador austriaco lo hizo

La vida tiene momentos decisivos, esos que ninguna enfermedad puede borrar. Todos sabemos cuáles son los nuestros. En el caso de Wittgenstein, hubo al menos dos. El primero se produce en Viena, poco antes de viajar a Cambridge. Asiste a una obra de teatro. Uno de los personajes, que vive al margen de lo establecido, hereje y filósofo de aldea, cuenta de dónde extrae su calma interior. Tras una enfermedad en la que estuvo solo y abandonado, escuchó una voz interior que le decía: “Formas parte del todo...
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