El punto ciego de la justicia
La falta de acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial supone un fracaso de la racionalidad política y de la voluntad de pactar que alienta la Constitución
La falta de acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial supone un fracaso de la racionalidad política y de la voluntad de pactar que alienta la Constitución
Tres cuartos de siglo después de su firma, en medio de la barbarie de la guerra, de la globalización y de la revolución tecnológica, los valores defendidos en la Declaración Universal de 1948 son más necesarios que nunca
Ningún poder del Estado puede ignorar aquellas disposiciones que, con plazo específico, se dirigen a renovar los órganos constitucionales porque supondría admitir la suspensión temporal del principio democrático
Los magistrados del Supremo y del Constitucional deben actuar de modo que sus resoluciones se perciban como justas, no como fruto de convicciones partidistas o del ciego voluntarismo doctrinal
En la actual coyuntura conviene repensar el modelo de gestión del Poder Judicial con la finalidad de reforzar y fortalecer uno de los pilares fundamentales del Estado constitucional de derecho
Si hemos ganado la batalla de la independencia judicial, ahora debemos afrontar responsablemente el desafío de hacer de la Administración de Justicia un servicio público transparente, eficiente y de calidad